4 tratamientos naturales para el insomnio
Pocas cosas son tan molestas como dar vueltas y vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño; el insomnio, ya sea ocasional o crónico es uno de los trastornos del sueño más comunes, caracterizado por la incapacidad de dormirnos cuando lo deseamos, tener periodos de sueño interrumpidos durante la noche y tener una calidad del sueño baja.
La OMS estima que aproximadamente el 40% de la población mundial padece este trastorno que ocasiona un importante deterioro en la salud física y mental, pero pocos sabemos cómo tramitarlo y nos quedamos padeciendo largas horas en vela sin saber qué hacer.
La clave para poder lidiar con esta y cualquier otra condición es determinar sus causas, cuando vivas una o varias noches en vela, piensa: ¿por qué puedo estar padeciendo insomnio? La respuesta te puede dar la guía hacia el tratamiento más efectivo. En el caso del insomnio, este puede llegar por causas tanto físicas como mentales, el primer paso es determinar cuál de las dos puede ser la que está dinamitando este estado de desasosiego y a partir de esto tomar las medidas necesarias.
Es importante aclarar que los consejos que compartiremos a continuación son alternativas naturales a algunos tratamientos comunes para el insomnio, estas pueden ayudar cuando esta condición es leve o esporádica. Si sientes que los episodios de insomnio son frecuentes y no logras tratarlos con estas recomendaciones, es indispensable complementarlas con el acompañamiento de un profesional de la salud.
1. Meditación y respiración consciente
¿Te ha pasado que en el momento en el que pones la cabeza sobre la almohada un torrente incontrolable de pensamientos acude a ti? Este fenómeno se puede considerar un tipo de ansiedad relacionado a cambios recientes, estrés o un manejo inapropiado de nuestros problemas y preocupaciones.
Para controlar la cascada de preguntas y racionamientos, una meditación guiada o unos ejercicios de respiración consciente nos pueden ayudar a reenfocar nuestra cabeza hacia un proceso repetitivo y relajante, lo que eventualmente serenará nuestro cerebro y lo dispondrá al sueño.
Reflexionar sobre nuestras adversidades y cómo manejarlas de forma proactiva es importante, por lo que debemos buscar el momento y el espacio correcto para hacerlo; aplazar o ignorar nuestras preocupaciones solo logrará que ellas aumenten y exploten en el momento del descanso, uno que también debe ser respetado para mantenernos bien.
2. La aromática apropiada
Las aromáticas e infusiones son uno de los mayores regalos que nos ha dado la naturaleza para nuestra salud, pero no todas las bebidas tienen un mismo propósito, de hecho, entre tanta variedad hay algunas que pueden lograr justo el efecto opuesto del deseado; por eso, antes de buscar una tisana para combatir el insomnio, elige bien.
Las infusiones de valeriana, tilo, pasiflora, lavanda y manzanilla son las más accesibles y efectivas para ayudar a conciliar el sueño, mientras que aromáticas a base de romero, ginseng, coca, mental, té verde o negro se consideran energizantes y dificultarán el descanso si son consumidas antes de ir a dormir.
3. La técnica militar
Nadie sabe más la importancia de un cuerpo y una mente sanos y descansados que un soldado, por lo que como parte de su entrenamiento también se les enseña técnicas para conciliar el sueño de forma oportuna entre las que está una que se hizo tan famosa que ahora se le conoce como la técnica militar.
Se trata de un ejercicio de relajación muscular por partes que inicia en el rostro y termina en las piernas; los soldados deben ir relajando de forma progresiva cada sección de su cuerpo, empezando por soltar la mandíbula y relajar los músculos de la cara, dejar caer los hombros, expirar el aire hasta dejar libre el pecho, aflojar las piernas y pantorrillas y seguir respirando de forma consciente durante 10 segundos, mientras se imaginan un ambiente tranquilo y procuran no pensar en nada.
Si llega el sueño en medio del ejercicio no lo evites, puede pasar que no alcances a terminar todo el proceso, pero entonces el verdadero propósito de este se ha logrado.
4. Una rutina bien establecida
Así a nosotros no nos guste mucho, a nuestro cuerpo le encanta la rutina y prepara muchos de sus ciclos alrededor de actividades que solemos hacer en diferentes momentos del día; el mejor ejemplo se da quizás a la hora de comer o ir al baño, pero el descanso no se queda atrás.
Si nos acostumbramos a llevar a cabo ciertas actividades antes de la hora de dormir, nuestro cuerpo irá entendiendo que cuando las realizamos significa que se acerca el momento de descansar; cosas como ponernos una pijama fresca, leer un poco o incluso hacer una rutina de limpieza corporal y facial antes de dormir, se pueden convertir en indicadores de que es hora de ir bajando las revoluciones y finalmente ayudarnos a conciliar el sueño con facilidad.
Esta rutina puede tanto causar el insomnio si la irrumpimos, como ayudar a tratarlo en algunas ocasiones; intenta detectar si te falto algo que tu cuerpo relaciona al descanso y reincorporarlo, si no es posible puedes recurrir a otras técnicas; por ejemplo, si comiste o te ejercitaste más tarde de lo normal, quizás una aromática o una meditación ayuden a reinstaurar el orden de las cosas.
Vale aclarar que generar una rutina no significa cualquier rutina, evita actividades muy estimulantes como el uso de pantallas, comer en abundancia o hacer rutinas de ejercicio muy cerca a tu hora de sueño, recuerda que no solo se trata de conciliarlo, sino de que te genere un descanso efectivo y de calidad, este tipo de actividades pueden entorpecerlo, así que todo en su momento y ¡a dormir!
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