¿Estás bebiendo más agua de la que debes?
La fórmula es clara: un humano promedio debe tomar 8 vasos de agua al día, lo que es el equivalente a dos litros, pero, ¿te has preguntado si haces parte del promedio? Existen diversas razones por las que nuestra ingesta de agua ideal puede no ser la que nos han repetido hasta el cansancio, y es bueno conocerlas, porque como con todo lo demás, beber agua también se debe hacer con balance.
¿Malo si sí, malo si no?
Tanto beber menos o más agua de la que debemos tiene consecuencias adversas para nuestro organismo, las más conocidas son las relacionadas con la deshidratación, cuando nuestro cuerpo dispone de mucha menos agua de la que necesita para funcionar bien; pero el hecho de que esté mejor documentada, no quiere decir que no sea padecida por muchas más personas de las que esperaríamos.
Beber menos agua de la que necesitamos genera síntomas a nivel físico y mental que afectan nuestra calidad de vida en los casos más leves y pueden ser letales en los más graves, estos son algunos de ellos:
- Boca seca
- Sed constante
- Orina de color oscuro y olor fuerte
- Estreñimiento
- Calambres
- Fatiga
- Migraña
- Hipertensión
- Convulsiones
- Fallas renales
Beber más agua de la que necesitamos, aunque menos probable, no es menos peligroso, este fenómeno se llama hiperhidratación, que se da cuando tenemos en nuestro cuerpo más agua de la que nuestro sistema excretor puede expulsar; como referencia, unos riñones sanos pueden depurar hasta un litro de líquido por hora, pero incluso esa cantidad es la mitad del promedio recomendado por día; exceder el consumo de agua más allá de las necesidades de nuestro cuerpo puede causar:
- Inflamación
- Retención de líquidos
- Nauseas y vómito
- Dolor de cabeza
- Confusión y desorientación
- Calambres
- Convulsiones
- Falla renal
Cuestión de tiempo
A pesar de ser causadas por fenómenos completamente opuestos, la deshidratación y la hiperhidratación pueden tener síntomas parecidos y el mismo final, la gran diferencia es el tiempo en el que demora cada una en llegar a consecuencias extremas. La sobrehidratación sin atención médica inmediata puede causar la muerte en cuestión de horas, mientras la deshidratación puede tomar días antes de ser fatal.
Conocer estos síntomas y ser conscientes de nuestros hábitos, así como de factores externos influyentes como la temperatura a la que hemos estado expuestos o la cantidad de actividad física que hemos tenido, nos puede ayudar a discernir si se trata de una deshidratación o una hiperhidratación; identificar esto es importante porque el tratamiento del uno puede ser muy dañino para el otro.
Las excepciones a la regla
Para nadie es un secreto que nuestros cuerpos son diferentes y sus necesidades también lo son, por eso, no debería ser ninguna sorpresa que la cantidad ideal de consumo de agua no sea la misma para una mujer en embarazo que para un niño de 8 años. Factores como la edad, el género, algunas condiciones previas y hasta el clima en el que habitan las personas determinan si ellas deben beber menos o más agua que los famosos 8 vasos de los que hemos oído hablar tanto.
Las Academias Nacionales de las Ciencias, la Ingeniería y la Medicina de los Estados Unidos, por ejemplo, han determinado que para los hombres que viven en ciudades de clima templado, el consumo de agua (incluyendo la consumida en bebidas, sopas y otras preparaciones) debe alcanzar hasta los 3.7 litros, eso es casi 2 litros más de la recomendación genérica y 1 litro más de lo recomendado a las mujeres en este mismo ambiente.
Para los atletas, el consumo de agua, incluso en climas más fríos, debe estar cerca a los 3 y los 4 litros (y llegar hasta los 6 en climas templados) y debe darse antes, durante y después de la actividad física; mientras para los niños entre los 4 y los 8 años, el consumo debe estar entre los 5 y los 6 vasos al día.
En caso de dudas
Si sientes que hay algún motivo por el que tu ingesta de agua no se ajuste a la regla, consulta con un experto que ayude a determinar la cantidad correcta para ti; la deshidratación, incluso en sus casos más leves afectan tu calidad de vida de forma importante, y la hiperhidratación sin un cuidado inmediato puede ser devastadora.
Escucha a tu cuerpo, la ausencia de sed, una orina clara e inolora que sucede en intervalos no mayores a dos o tres horas significa que estás por el camino correcto, todos los síntomas previamente mencionados son una pista de que debes revisar cuánta agua estás tomando y cómo hacerlo de forma más balanceada.