¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando nos damos un atracón?

Tener un atracón de comida es algo que la mayoría de nosotros hemos hecho de vez en cuando, pero si esta es una afectación que sufrimos frecuentemente, puede llegar a considerarse una condición grave que viene acompañada de un ciclo de culpa y recaída que altera nuestra salud física y mental.

El origen de los atracones de comida es algo que no ha podido ser determinado aún por los expertos del área de la salud, pero sí se han definido comportamientos físicos y condiciones mentales como factores de riesgo importantes para desarrollar lo que se conoce como el trastorno por atracones.

Una condición de cuerpo y mente

Pasar periodos de tiempo extensos sin comer, la vivencia de situaciones de estrés o ansiedad y sufrir de trastornos mentales como el obsesivo compulsivo o el déficit de atención, se han correlacionado con que una persona esté más expuesta a sufrir del trastorno por atracones, una necesidad casi incontrolable de comer cantidades copiosas de comida frecuentemente, acompañado por la sensación de incapacidad de dejar de comer, aun sabiendo que se está satisfecho.

Estas conductas y el trastorno en sí suelen venir acompañados de problemas sobre cómo nos percibimos a nosotros mismos y el experimentar un fuerte sentimiento de culpa, además de exponernos a condiciones como la obesidad y todas las demás enfermedades que pueden derivarse de ella, como la diabetes y los problemas cardiovasculares.

Lo que pasa tras bambalinas

Sabemos que lo que comemos, cuándo lo comemos y cómo lo comemos es determinante para nuestra salud tanto para bien o para mal, una alimentación balanceada y regular son la clave de nuestra energía y longevidad, porque nuestro cuerpo está recibiendo lo que necesita, cuando lo necesita y no tiene que trabajar de más ni cargar con elementos innecesarios y hasta dañinos para nuestra subsistencia; pero entonces, ¿qué pasa cuando comemos de más?

  • El estómago se amplía y lo demás se aprieta: para poder recibir toda la comida que estamos ingiriendo, nuestro estómago va a ampliar su tamaño, dejando menos espacio para los demás órganos a su alrededor; esto hace que nos sintamos, incómodos, pesados y hasta mareados.
  • La cantidad de trabajo de nuestros órganos se dispara: todas las partes de nuestro cuerpo necesitan nutrientes y los absorben cuando comemos, si lo hacemos de más, ellos tienen que aumentar su productividad haciendo que se secreten más hormonas y encimas, causándonos fatiga, desregulación hormonal, problemas de presión, entre otros síntomas.
  • Los ácidos del estómago llegan a lugares a donde no deben llegar: para procesar la comida, nuestro estomago produce ácido hidroclórico; entre más comida, más ácido, y entre más ácido, más ocupación en el estómago, por lo que terminara en nuestro esófago causándonos reflujo gástrico y gases.
  • Nuestro metabolismo nos pondrá a sudar: debido a que la cantidad de comida ingerida será más de la necesaria, nuestro metabolismo intentará eliminarla lo más pronto posible, entorpeciendo el proceso de absorción de nutrientes y haciendo que todo el cuerpo se acelere causándonos sensación de calor, sudores e incomodidad.
  • Nuestros niveles de insulina se desregularán rápidamente: cuando comemos nuestro cuerpo produce insulina en ciertos niveles que son normales para convertir la glucosa que consumimos en energía; si comemos de más, tendremos un pico de insulina atípico que puede causar que en lugar de sentirnos más energizados, tengamos una baja drástica en nuestros niveles de glucemia, causándonos somnolencia, descompensación y hasta un ataque de hipoglucemia.

Todas estas consecuencias a corto plazo podrían no pasar de ser incómodas, pero a largo plazo pueden derivar en problemas muy serios de salud; tratar entonces al trastorno por atracones es indispensable, pues aunque su raíz sea desconocida, sus factores de riesgo se pueden manejar con la asesoría de un experto en salud mental y con el reconocimiento y adopción de hábitos más saludables.

Si sientes que tú o un ser querido puede sufrir de esta condición, no lo dejes de lado; incluso si eres consciente de que no la sufres, pero sabes que sí que te puede dar un atracón de comida cada tanto, crea herramientas mentales y físicas que te ayuden a tramitar tus sentimientos o a regular tu estilo de vida para minimizarlas al máximo o erradicarlas por completo.

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