El cortisol: un arma de doble filo para nuestro organismo
Nuestro cuerpo ha ido evolucionando para ser una máquina perfecta, con cada cosa en su sitio y con su respectiva función; pero nuestro mundo y nuestras rutinas han cambiado tan rápido que algunos procesos que antes eran esenciales para nuestra supervivencia, ahora pueden llegar a extremos perjudiciales para nuestra salud. Este es el caso de la producción de cortisol.
El cortisol es una hormona secretada por las glándulas suprarrenales para intentar regular el estrés; su función junto a la de la adrenalina, es enfocar toda la energía y recursos del cuerpo a los sistemas y funciones más importantes para subsistir, haciendo en contraste que se limiten los recursos a otros sistemas como el digestivo, el reproductor y el de crecimiento.
Los niveles de cortisol en una persona saludable varían durante el día, pero si una persona está sufriendo de estrés crónico, estos se mantendrán en sus niveles más altos, inhibiendo el funcionamiento óptimo de muchas funciones corporales.
El estrés de nuestros antepasados es diferente al de nosotros
Nuestras rutinas actuales han resignificado lo que es el estrés para un ser humano, dejando este de ser una respuesta a una amenaza inmediata a nuestras vidas, para convertirse en una presión constante alrededor de las exigencias y adversidades de nuestra cotidianidad; el problema es que con este cambio, los altos niveles de cortisol y sus consecuencias pasan de salvarnos a exponernos a diversas condiciones adversas.
Una persona con niveles de cortisol muy altos puede ser más propensa a desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes u osteoporosis, además de sufrir condiciones mentales como ansiedad y depresión. Si tienes una rutina ajetreada, que te cuesta tramitar y además vives en tu día a día algunas de estas situaciones, es posible que tengas el cortisol alto.
1. Transtornos en tu rutina de sueño
Una de las características del cortisol es que nos ayuda a mantenernos despiertos y alertas, por lo que en una persona saludable, sus niveles más altos son en la mañana y disminuyen considerablemente en la noche. Cuando el cortisol se mantiene en niveles muy altos dificulta que conciliemos el sueño causándonos insomnio.
2. Dolores de cabeza
Se ha descubierto que los dolores de cabeza y los altos índices de estrés están directamente relacionados; no sabemos cuál es la consecuencia de la otra, pero unos niveles altos de cortisol vendrán acompañados por dolores de cabeza que pueden variar de duración e intensidad.
3. Cambios en la piel
Unos niveles altos de cortisol tienen un efecto variado y muchas veces insospechado en nuestra piel; diferentes casos han mostrado el desarrollo de acné, hematomas y estrías; además de que el proceso de cicatrización se hace mucho más lento.
4. Pérdida de fuerza
Uno de los procesos orgánicos que se ve afectado por el exceso de cortisol es nuestro crecimiento y desarrollo; incluso en la etapa adulta si el cortisol está alto, dificulta la regeneración y fortalecimiento del tejido muscular, haciéndonos más propensos a lesiones, desgarres y a perder la fuerza para levantar peso o agarrar objetos.
5. Cambios abruptos de ánimo
Uno de los principales indicadores de que una persona pueda estar sufriendo de un trastorno mental como la ansiedad son los altos niveles de cortisol en su organismo. Lo que quiere decir que esta puede ser una de las causas si te sientes preocupado o irritable de forma abrupta y desproporcionada.
En caso de sospecha
Si las situaciones que mencionamos hacen parte de tu cotidianidad, es bueno que solicites a un experto una prueba de cortisol. Tanto tener niveles muy altos o bajos de esta hormona puede ser síntoma de condiciones delicadas como el síndrome de Cushing o de Addison, este fenómeno también puede ser causado el uso de ciertos medicamentos o el abuso de algunas sustancias, si ninguno de los anteriores es tu caso, de todos modos, tener un cortisol alto es un indicador de que debes hacer cambios en tu vida para vivirla de forma más armoniosa.
Ten en cuenta que de la causa de tus niveles anormales de cortisol dependerá el tratamiento, pero existen recomendaciones generales que te pueden ayudar a acompañarlo:
- Toma aromáticas para conciliar el sueño, es importante que tengas un descanso de por lo menos 8 horas cada día.
- Evita la cafeína, el alcohol, los ultraprocesados y el azúcar
- Consume Omega 3 en tus alimentos y en suplementos si es necesario y recomendado por un profesional de la salud de tu confianza.
- Aprende ejercicios de respiración, meditación y relajación para tramitar el estrés.