Consejos de nutrición de un quiropráctico

¿Alguna vez se te ha ocurrido ir al quiropráctico por algo más que un ‘ajuste’?

A pesar de décadas de avance y aceptación de la quiropráctica como un tratamiento efectivo para incontables dolencias, muchas personas todavía no conocen el enfoque holístico de esta disciplina y todas las posibilidades que tienen para mejorar su calidad de vida con solo atender a un centro especializado de forma regular.

La quiropráctica como tal se ha visto como una serie de procedimientos físicos que actúan sobre los sistemas musculoesquelético y nervioso a través de los ya bien conocidos ajustes quiroprácticos, pero esto es apenas la base del tratamiento, de él subyacen consecuencias y prácticas que parecieran no estar en absoluto relacionadas pero que son vitales para sentirse realmente bien.

Lo que sigue después de un ajuste

La mayoría de personas que asisten a un quiropráctico pueden atestiguar la mejora casi inmediata que genera un tratamiento; y si bien un par de sesiones suelen ser un gran alivio, no son suficientes para alcanzar un estado de bienestar a largo plazo.

Iniciar un tratamiento quiropráctico es tomar conciencia de que nuestras prácticas cotidianas quizás no son las mejores para nuestro cuerpo y mente, por lo que no se trata de buscar una salida fácil a través de un par de ajustes, se trata de crear todo un conjunto de hábitos que mantengan los efectos de estos ajustes en el tiempo y hagan que nuestro cuerpo pueda conducirse de forma sana y sin esfuerzos significativos.

Es aquí donde entra la nutrición

Tomar esa conciencia de cambio y estabilidad es el primer paso que damos al momento de iniciar un tratamiento quiropráctico, lo que sigue después es atender las recomendaciones de los profesionales, quienes más allá de su experticia y conocimiento de tu cuerpo, quieren hacer un acercamiento holístico a tu bienestar, para lo cual recomendarán prácticas como el ejercicio, la buena higiene postural y la alimentación adecuada.

Respecto a la nutrición, es muy importante que sepas que cada individuo es diferente, por lo que lo más responsable es que recibas una atención personalizada que te de luces sobre lo que puedes y debes hacer según tu salud general.

Desde el área de la quiropráctica se te puede dar una asesoría nutricional enfocada en dos principios:

Sistema inmune
  1. El cuidado de tu sistema inmune

En varios estudios ha sido documentada la eficacia de la quiropráctica para fortalecer el sistema inmune y para tratar las consecuencias de enfermedades como la diabetes y la artritis; por esto, los profesionales de esta área están capacitados para dar asesorías y consejos que refuercen por fuera del consultorio los resultados que se logran dentro de él.

Entre algunos alimentos básicos para lograr este objetivo en particular, puedes agregar a tu dieta las frutas cítricas, el yogur, el brócoli, el ajo y la espinaca.

Inflamación
  1. La prevención de la inflamación

La inflamación y la obesidad son unos de los principales enemigos del sistema musculoesquelético, ya que el peso extra genera una carga dolorosa para el cuerpo que termina causando malas posturas y malos esfuerzos en el día a día. Las bases de una dieta sana están en el equilibrio en el consumo de carbohidratos, grasas, proteínas y fibras.

Además de esto, hay alimentos específicos que ayudan a prevenir la retención de líquidos y la inflamación como los frutos rojos, los frutos secos, los cereales integrales, el aceite de oliva y los pescados como el atún y las anchoas.

La invitación será siempre asistir a centros especializados con profesionales capacitados como QuiroVida, en donde recibirás no solo un ajuste y un termomasaje, también recibirás asesoría en cuestiones de nutrición y bienestar físico en general.