5 prácticas nocturnas para mantener un sistema digestivo sano
Pensemos en las últimas veces que pasamos una mala noche y las razones por las que lo hicimos, probablemente la mayoría de nosotros encontraremos el culpable en una cena pesada o tardía, y no es porque nos estemos volviendo viejos, es porque nuestros hábitos alimenticios tanto en el día como en la noche son determinantes para nuestras horas de sueño.
Como muchos otros sistemas de nuestro cuerpo, el digestivo nunca para; mientras dormimos la digestión se ralentiza, sí, pero solo para dar paso a otro proceso: la regeneración de nuestra flora intestinal; lo que comemos antes de ir a la cama puede hacer ese proceso sencillo o simplemente imposible.
Una flora intestinal deteriorada puede causar problemas diversos e insospechados, desde infecciones y alergias hasta obesidad y diabetes, pasando por los viejos conocidos: estreñimiento, indigestión, diarrea y gases; para evitar estas condiciones y una noche de insomnio existen hábitos sencillos y bastante placenteros que te ayudarán a formar una rutina nocturna saludable.
1. Escoge tu menú sabiamente
Empecemos por lo obvio, si quieres dormir bien, debes comer bien. Aquel dicho que dice que uno debe desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo es bastante famoso en el mundo del bienestar, pero si quieres tener a tu sistema digestivo contento, no necesariamente tienes que ser tan austero, existen alimentos exquisitos y diversos que a la hora correcta pueden contribuir a una buena digestión.
La clave está en los alimentos con fibra, que deben ser los predominantes, como las verduras y los granos enteros; le deben seguir las proteínas bajas en grasa como el salmón, el pollo, el huevo y el pavo, y por último y en menor medida, van las grasas saludables como el aceite de oliva y los aguacates.
Evita en tu última comida los azúcares que también suelen estar presentes en los carbohidratos simples y los aditivos y conservantes que vienen en los alimentos ultraprocesados.
2. No solo es el qué, es el cuándo
Aunque no suele ser recomendable aguantar o ignorar el hambre en ningún momento, es bueno ir acostumbrando al cuerpo a una rutina en la que la hora de la cena esté a una distancia prudente de la hora de ir a dormir; tener el estómago lleno cuando vamos a la cama va a hacer que estos alimentos se digieran muy lentamente, causando problemas como gastritis, gases, nauseas o malestar general.
Hay profesionales que recomiendan comer por lo menos una hora antes de ir a la cama y hay quienes prefieren una distancia de hasta tres horas, tú descubre tu ritmo con asesoría de un experto y decide qué te funciona mejor. Combina esto con los mejores alimentos para comer en la noche y ya estarás cubierto en lo que a alimentación respecta para tu rutina nocturna.
3. Adiós a las noticias y otras fuentes de ansiedad
Está comprobado que algunas emociones negativas que pasan por nuestra mente se somatizan en ciertas partes de nuestro cuerpo, a nuestro estómago, por ejemplo, le encanta absorber estrés y ansiedad y convertirlos en dolor, así que ir a la cama con una angustia le va a poner las cosas muy difíciles a tu sistema digestivo desde el inicio.
Aprende a identificar focos de estrés o ansiedad que te puedan trastornar y huye de ellos como de la peste; evita noticieros, tareas estresantes y hasta personas negativas, haz lo que sea necesario para ir a dormir en paz contigo mismo y con el mundo; si las cosas no salen de acuerdo al plan, dedícale cinco minutos a unos ejercicios de respiración, plasma tus emociones en un papel o medita un poco, seguro después de eso estarás en mejor disposición para realmente descansar.
4. Ejercicio sí, cualquiera no
Si estás algo inquieto y quieres moverte un poco para quemar energía después de un día de sedentarismo, lo mejor antes de ir a la cama es un ejercicio más tranquilo y menos estimulante mentalmente; si quieres a la vez consentir tu sistema digestivo, no hay ninguno mejor que el yoga o el estiramiento, que favorecen de forma muy gentil el tránsito de los alimentos; hazte una rutina bien consciente que te exija y te relaje lo suficiente para poder dormir como un bebé.
5. Tu sistema digestivo tiene una posición favorita para dormir, aprovéchala
Todos tenemos una posición favorita para dormir, pero existe una en particular que es la favorita de todos los sistemas digestivos por igual: dormir hacia nuestro lado izquierdo.
Cuando dormimos hacia ese lado facilitamos el proceso de movimiento de los alimentos a través del intestino; sin la gravedad de enemiga, la digestión será más rápida, más efectiva y los efectos secundarios serán menores o no existirán en absoluto.
En caso de excesos
Es inevitable que se nos vaya la mano de vez en cuando con nuestra alimentación, si esto pasa, no te odies, sé proactivo. Bebe agua y tisanas de jengibre o manzanilla, toma una caminata e intenta con mucha delicadeza algunas posiciones de yoga para fomentar la digestión; no te acuestes sobre tu estómago y usa el mal rato como un aprendizaje a futuro.