¿Por qué iniciar una dieta antinflamatoria?

Las dietas no tienen buena fama: son restrictivas, poco flexibles y requieren un esfuerzo por tiempo indefinido que muchos no queremos asumir. Para perder peso todo está escrito: algunas opciones son buenas, otras no tanto; pero las dietas no solo son un tratamiento estético, una nutrición adecuada y balanceada es determinante para aspectos específicos de nuestra salud y el bienestar de nuestras articulaciones no es ninguna excepción.

Lo bueno es que si queremos cuidar de nuestras articulaciones, no tenemos que pensar en esquemas rígidos, incluso podríamos decirte que con un poquito de imaginación, podrás ponerle todavía más sabor a tus platos de siempre con las recomendaciones que te vamos a dar.

Primero lo primero: ¿cómo la comida afecta nuestras articulaciones?

El sistema óseo no suele ser uno de los temas frecuentes al momento de hablar de nutrición, después de todo, son nuestros fuertes y estables huesos de los que estamos hablando, no es como si comer gomitas todo el día fuera a corroerlos, ¿o sí?

Comida chatarra

La ingesta de este o aquel alimento no va a tener un rol activo en el deterioro de tus huesos y articulaciones como tal, pero sí va a generar una carencia de nutrientes que puede en últimas debilitarlos y hacerlos más susceptibles a dolencias y lesiones; además, si bien comer hamburguesas de almuerzo todos los días no tendrá un efecto evidente en tus huesos en un principio, sí que lo tendrá en tu peso; el paso del tiempo se encargara del resto y será cuestión de meses para que todo tu cuerpo sufra también las consecuencias, incluyendo por supuesto ese sistema óseo que parecía tener tan poco que ver en el asunto.

El cuerpo humano es una máquina perfectamente conectada: lo que afecta un órgano se verá reflejado en mayor o menor escala en los demás sistemas y órganos, sin excepción. A veces algo bueno para cierta parte de nuestro cuerpo puede ser perjudicial para otras y es por esto que no hay nada más importante que el equilibrio.

Almuerzo

¡Ahora sí hablemos de comida!

Muchas dietas que existen parecen lograr la misión, pero mucho más a menudo que no, lo hacen a costa del bienestar mental y digestivo de las personas. No todos los organismos funcionan igual, por lo que generalizar e imponer unos hábitos alimenticios a rajatabla en el mejor de los casos, va a quitarle mucha sazón y diversidad a la vida y en el peor de ellos puede causar un serio percance de salud.

Comida

Es por eso que hoy traemos no una dieta, sino recomendaciones generales que debes adaptar a lo que sabes que tu cuerpo puede recibir. Lo que te queremos proponer es un ejercicio de sustitución que puedes ir reforzando y aumentando de acuerdo a tus necesidades y, ¿por qué no? A tus gustos.

La comida con propiedades antiinflamatorias es importantísima para cuidar tu peso porque además de que suele ser saludable elimina esa pesadez que sientes por la retención de líquidos y la irritación de diversos órganos como el colón y el estómago.

Cambio alimenticio

Empieza a cambiar una vez a la semana la leche en tu café o chocolate por una taza de té verde con miel, a la hora del almuerzo usa aceites de oliva o almendras en lugar de la margarina, cambia el filete de res por un pescado dos veces a la semana; bájale un poco a la sal y diversifica las especias en tu cocina: el ajo, la cúrcuma y el jengibre le van a dar aroma, color y sabor a tus comidas; tres veces a la semana cambia la empanada de las diez de la mañana por un puñado de frutos secos.

Es un buen inicio ¿no? Algunas personas solemos creernos incapaces de dejar ciertos alimentos, pero te lo decimos por experiencia: una vez lo logres, no solo no los vas a extrañar, vas a descubrir lo ligero y saludable que te sientes sin ellos.