3 consejos para cuidar de tu columna en la oficina
Ese dolor de espalda que sentimos después de un día difícil en la oficina se ha hecho tan común en nuestro día a día que solemos asumir que necesitamos un masaje y simplemente nos olvidamos del asunto; lo cierto es que ese dolor esporádico, tan fácilmente atribuible al estrés no es causa sino consecuencia de prácticas en nuestros lugares de trabajo, que terminan haciendo mella tanto en nuestra mente como en nuestro cuerpo.
Cuando nos hablan de lesiones laborales, solemos pensar en accidentes puntuales que se dan de forma única desempeñando alguna actividad, pero no; las lesiones laborales también vienen de la rutina: de mantenerte en una silla sentado por horas, de estar encorvado con la cabeza hundida en la pantalla del computador, de cargar pesados bolsos y maletas en camino y de regreso de la oficina, y muchos más.
El estilo de vida productivo que lleva la sociedad en la actualidad se presta para que la mayoría de nosotros desempeñemos trabajos que si no requieren de una cantidad importante de tiempo en relativa quietud, requieren de esfuerzos físicos importantes y constantes.
Pongamos como ejemplo a un oficinista y a un obrero, ambos son roles vitales para el desarrollo de la economía actual, y aunque ambos corren riesgos muy distintos en su día a día, los dos están expuestos a la misma cantidad de dolencias a pesar de que sean de distinta naturaleza. Afortunadamente, hay técnicas que le pueden funcionar tanto al uno como al otro para cuidarse, aquí les presentamos algunas.
Las pausas activas
Nuestros organismos aman el movimiento y el cambio. Tanto si estás en una línea de ensamblaje como si estás en el departamento de contabilidad, tu cuerpo y tu mente te van a agradecer profundamente si te sales cinco minutos de tu rutina y cambias de escenario o de actividad por completo.
La recomendación por lo general es tomarse 5 minutos de descanso por cada 45 de trabajo, pero por más tentador que sea quedarte en el computador haciendo un sudoku o revisado tus redes sociales, dale prioridad al movimiento, ve por un vaso de agua, asómate a la ventana o incluso intenta hacer un ejercicio rápido de respiración o meditación. No te preocupes porque pueda parecer ocioso, si lo haces bien, vas a regresar a tu sitio de trabajo despejado y dispuesto a continuar, cosa que se verá reflejada en la mejora de tu productividad y tus resultados.
Estirar
No hay nada más placentero después de estar mucho tiempo en una misma posición que hacer un estiramiento largo y concienzudo. La idea es que siquiera una vez al día te tomes 10 minutos para estirar.
Enfócate en las partes de tu cuerpo que sabes que se tensionan más durante el día. Para el caso del obrero, las piernas y la espalda seguro van a apreciar un buen estiramiento; para los oficinistas el tren superior (cuello, espalda y hombros) van a requerir de una buena sesión de cuidados. Si puedes hacer estos estiramientos en casa, con calma y antes de dormir te vas a regalar además una maravillosa noche de sueño, sino, la oficina es tan buen lugar como cualquier otro.
Consulta a un experto
Tanto nuestra cotidianidad en la oficina como nuestros días de ocio vienen con actividades que fuerzan y desgastan nuestro cuerpo. Cuidarnos de este desgaste no es algo que solo debamos contemplar cuando el daño esté hecho y el dolor sea intenso. El centro quiropráctico QuiroVida te ofrece un tratamiento natural que te ayuda a aliviar el dolor, sí, pero que también te puede ayudar a prevenirlo por completo.
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