¿De vuelta al volante y al dolor de espalda?
Cada día hay más autos afuera y el tráfico vuelve a ser tan pesado como antes del aislamiento causado por el coronavirus. Nos estamos enfrentando a una nueva normalidad, pero todavía existen situaciones que persisten e incluso se sienten más por la falta de costumbre a ellas. Conducir por largos periodos de tiempo es una de ellas, por lo que hoy te queremos contar cómo te afecta y qué puedes hacer para mitigar sus consecuencias.
El desarrollo económico en las ciudades ha generado un aumento constante del parque automotor, esto podría verse como símbolo de prosperidad económica, pero a su vez se ha convertido en el dolor de cabeza de todos los días, ya sea yendo y volviendo de nuestros empleos o saliendo de la ciudad a descansar el fin de semana.
Las consecuencias de las largas horas acumuladas atascados en el tráfico se han vuelto el daño colateral de nuestro estilo de vida, por eso, al momento de ingresar en tu auto, ten en cuenta las siguientes prácticas que te pueden ayudar a mitigar el daño y el dolor de espalda causados por los largos periodos sentados conduciendo.
Antes que nada, acomoda tu silla
Es quizás una de las primeras lecciones que nos dan en las clases de conducción: lo primero que debes hacer al subirte al auto es acomodar la silla, pero no lo hagas solo pensando en que puedas alcanzar cómodamente los pedales, las sillas también vienen con la posibilidad de reclinarse o enderezarse para mayor comodidad.
Lo ideal es que acomodes la silla de modo que toda tu columna esté soportada por ella, algunos expertos recomiendan un ángulo entre los 100 y 110 grados.
La cercanía al volante también debe ser calculada para que tus codos puedan estar levemente flexionados y si es posible al alcance de los reposabrazos, esto le dará un descanso a tu espalda alta; quizás pensarás que al tener las manos sobre las 11 y las 2 como nos han enseñado cuando aprendemos a conducir, no podemos alcanzar el reposabrazos, pero hay nuevos estudios que de hecho recomiendan que posicionemos las manos sobre las 10 y las 3, así que problema resuelto.
Las pausas activas no son solo para la oficina
A veces cuando tomamos carretera en un viaje largo queremos llegar lo antes posible a costa de nuestra espalda y nuestra resistencia. Pero independientemente de si vas de paseo o de negocios sabes que en el camino pueden haber contingencias y sueles incluirlas en tu itinerario para llegar a tiempo, ¿por qué no incluir unos 10 minutos extra por hora de conducción para descansar?
Estaciona el auto, sal de él y haz que quien te acompañe salga también; estira, respira el aire fresco, aprecia el paisaje diferente y vuelve al auto recargado.
Ahora, si el caso es de lidiar con el tráfico de la ciudad y salir del auto está afuera de tus posibilidades, en cuanto llegues a casa o a la oficina, haz el ejercicio; los autos suelen volvernos más sedentarios de lo normal, así que no caigas en la trampa, mantente activo y enérgico.
Frío, calor y otros especialistas
Hay autos que ya tienen entre sus funciones regular la temperatura de sus asientos, un invento pensado para la comodidad, pero que hará maravillas también por tu salud; para prevenir el dolor intenta el calor, si el daño ya está hecho, aplica frío. Y no te quedes solo con la práctica en el auto, también hazlo en casa, es saludable y muy relajante así que no tienes cómo perder con este consejo.
Y como siempre, el consejo más importante que te podemos dar: deja tu salud en manos profesionales, en el Centro Quiropráctico QuiroVida te ayudan tanto a prevenir como a revertir el daño causado por esas prácticas cotidianas como conducir que te lastiman y hacen mella en tu
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