¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando dejamos ciertas comidas?

Cuarta parte: El cigarrillo

Cerramos finalmente nuestra serie de qué le pasa a nuestro cuerpo cuándo dejamos ciertas comidas, con una sustancia que, aunque no es una comida, no falta en la rutina de millones de personas; el cigarrillo además de ser adictivo, no tiene realmente ningún aporte nutricional, por el contrario, ha demostrado ser el catalizador de condiciones nocivas que vienen en todos los niveles de gravedad y duración posibles.

¿Por qué la gente consume cigarrillo?

Como lo mencionamos en nuestro artículo anterior, se ha descubierto que el consumo de sustancias como el cigarrillo, el alcohol o las drogas no obedece a necesidades fisiológicas, sino mentales; el consumo de cigarrillo, por ejemplo, se ha vinculado con la reducción del estrés y la ansiedad, pero, aunque es necesario intentar reducir estas condiciones que pueden afectar enormemente nuestra calidad de vida, el problema de hacerlo por medio del consumo del cigarrillo está en cómo este logra el objetivo y los efectos secundarios que tiene.

La sensación de relajación que causa el consumo del cigarrillo se da porque la nicotina, uno de sus componentes principales, hace que el cerebro libere químicos como la dopamina, este es un neurotransmisor que es muy necesario para el funcionamiento de nuestro organismo, pero que puede llevarnos a tener conductas adictivas y a adquirir hábitos poco sanos con tal de liberarla constantemente; es exactamente esto lo que pasa con el cigarrillo, nuestro cerebro descubre que cuando lo consumimos “se siente bien”, por lo que va a volver a pedirlo de forma frecuente e insistente, lo que puede volver a generar la ansiedad y el estrés que intentábamos eliminar inicialmente.

Es peor la enfermedad que la cura

El cigarrillo termina siendo entonces la causa y el efecto del mismo problema, pero este es solo el principio, porque además de las implicaciones mentales, emocionales y sociales que tiene una adicción, llegan los efectos físicos de la misma:

  • A nivel oral mancha los dientes, causa mal aliento, enfermedades periodontales, predisposición a hongos y cáncer, además de que disminuye la percepción de los sabores.
  • A nivel cardiovascular puede provocar coágulos, accidentes cerebrovasculares, ataques cardiacos, angina e hipertensión.
  • A nivel pulmonar puede causar EPOC, asma severa y cáncer.
  • Puede causar pérdida de visión debido a degeneración macular.
  • A las mujeres les puede causar problemas en el embarazo como parto prematuro, aborto espontáneo y labio leporino.
  • A los hombres les puede causar disfunción eréctil.
  • Puede causar problemas de salud como cáncer de pulmón, ataques cardiacos o reacciones súbitas a personas que no fuman, pero que comparten espacio con quiénes sí lo hacen.

Qué pasa cuando dejamos de fumar

A pesar de que el cigarrillo puede tener efectos irreversibles en nuestro cuerpo que solo podrán curarse a través de tratamientos, muchos de sus efectos nocivos se pueden reversar con el simple hecho de dejar de fumar; estos son algunos de los cambios que sufre nuestro cuerpo cuando dejamos de hacerlo:

  • Tan solo 20 minutos después de dejar de fumar tanto el ritmo cardiaco como la presión sanguínea vuelven a un ritmo más saludable.
  • A las 12 horas los niveles de monóxido de carbono en la sangre vuelven a la normalidad, permitiendo un mejor paso del oxígeno a las células.
  • Después de la primera semana el gusto y el olfato empiezan a restaurarse.
  • Entre las 2 y 12 semanas después de dejarlo, la función pulmonar y la circulación empiezan a mejorar.
  • Entre el primer y noveno mes la función respiratoria mejora y se deja de toser flema.
  • Después de un año, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se reduce a la mitad de la que tiene un fumador regular.
  • Entre el primer y cuarto año el riesgo de muerte también se reduce a la mitad comparada con la de un fumador regular.
  • Entre los 5 y 15 años, el riesgo de un accidente cerebrovascular se vuelve el mismo del de un no fumador.
  • A los 10 años el riesgo de cáncer de pulmón se reduce a la mitad del de un no fumador.

Una mejor estrategia

El cigarrillo podría ser una de las peores opciones para tratar la ansiedad, es una adicción peligrosa que termina teniendo un alto costo en nuestras relaciones, en nuestra salud y en nuestra economía; lo bueno, es que existen muchas otras formas de sentirnos mejor con nosotros mismos, que aunque pueden implicar un poco de esfuerzo y disciplina en un inicio, no solo sanarán nuestra inquietud sino que vendrán con efectos secundarios muchos más sanos: la meditación y el ejercicio son algunos de estos. Si necesitas ayuda para superar tu adicción, no temas ni dudes en contactar un profesional.