5 mitos de la nutrición que no son lo que parecen

Que la yema de huevo es mala, que el pan engorda, que muchas vitaminas nunca son demasiadas, y así cientos y hasta miles de frases que se nos han quedado implantadas en el cerebro como verdades absolutas sobre la nutrición, cuando lo cierto es que muchas de estas creencias, en el mejor de los casos, son verdades a medias, y en muchos otros, son verdaderos mitos, que solo complican nuestra relación con la comida y nuestros hábitos alimenticios.

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Estas mentirillas suelen tener varios orígenes: creencias antiguas desacreditadas, concepciones erróneas basadas en dietas famosas y hasta el discurso publicitario de industrias como la alimenticia y la farmacéutica; para comer menos cuento y más alimentos deliciosos y nutritivos, hoy te ayudamos a desmitificar las creencias más comunes.

1. Los lácteos engordan y no son saludables

Si bien es cierto que con el paso de los años muchas personas desarrollan intolerancia a la lactosa, los productos que la contienen son indispensables durante toda nuestra vida, ya que tienen un aporte significativo y accesible de nutrientes como la proteína, el calcio y la vitamina D; si no tienes problemas con digerir estos alimentos, es mejor consumirlos; hacerlo en la medida necesaria y en compañía de la práctica de hábitos saludables como una nutrición completa y una vida activa causará más beneficios que perjuicios.

Si eres una persona que no tolera la lactosa, es importante que busques alimentos que suplan la carga nutricional que esta suele dar: soya, almendras, tofu, espinacas, brócoli, sardina, salmón y bebidas enriquecidas con calcio y vitamina D son buenas opciones.

2. La vitamina C no previene los resfriados

Todo hay que decirlo: hay estudios que confirman que el consumo de vitamina C cuando tenemos un resfriado parece tener un efecto positivo al recortar el tiempo que dura la enfermedad, pero lo cierto es que otros tantos estudios han confirmado que no existe ninguna relación de esta vitamina con la prevención de enfermedades respiratorias de ningún tipo.

El verdadero beneficio de la vitamina C está en su capacidad para apoyar el crecimiento o reconstrucción de nuestros tejidos, al ayudar a nuestro cuerpo a producir colágeno; esta vitamina es instrumental para la generación o recuperación de huesos, cartílagos, vasos sanguíneos, tendones y ligamentos, por lo que sigue siendo bastante importante, y no debe dejarse de lado en nuestra nutrición.

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3. La comida picante no causa úlceras

Échale sin miedo un toquecito más de ají o pimienta a tus comidas si así lo prefieres, desde la década de los 80 está confirmado que comer picante no tiene nada que ver con la generación de úlceras en el estómago, aunque el rumor persista.

En realidad, los picantes pueden ofrecer un par de beneficios como ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y llenar nuestro cuerpo de antioxidantes, pero el hecho de que tengan beneficios no quiere decir que sean para todos, aunque se ha descubierto que consumir picantes no causa úlceras, sí que puede molestarlas si ya las sufrías antes de consumirlos, además, pueden llegar a ser bastante irritantes para algunas personas, para ellas, es mejor buscar sus beneficios en otros alimentos y el toque exquisito de sabor en otras especias.

4. No solo el calcio es necesario para tener huesos fuertes

Cuando hablamos de la salud de los huesos el calcio es el protagonista, pero definitivamente no es el único actor. La vitamina D es indispensable para que el calcio sea absorbido y aprovechado por nuestro cuerpo, y el magnesio y el fósforo ayudan también al mantenimiento de la densidad y fortaleza de los huesos en el tiempo.

Como dato curioso, es bueno saber que ni el calcio ni el magnesio son producidos por nuestro cuerpo, así que solo se pueden conseguir por fuentes externas, pero antes de ir por el multivitamínico, abre la alacena, existen incontables alimentos ricos en estos nutrientes que puedes incorporar a tu dieta de forma natural.

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5. Los suplementos vitamínicos no hacen milagros

Cada vez más personas consumen suplementos vitamínicos para complementar su alimentación y necesidades nutricionales, y aunque millones de consumidores aseguran sus beneficios, es bueno tener en cuenta que, como su nombre lo dice, estos son suplementos, que deben estar acompañados de una buena alimentación y la asesoría de un experto.

Algunos suplementos por sus altas dosis concentradas pueden tener contraindicaciones para personas con determinadas condiciones o en ciertos momentos de su vida, es posible sufrir efectos adversos por el consumo excesivo de estos complementos y estos también pueden tener una mala reacción al combinarse con algunos medicamentos, o incluso, otros suplementos de otro tipo; también es necesario aclarar que esta es una industria naciente y poco regulada, por lo que siempre es importante verificar el origen y la validez de las marcas que consumimos.

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