7 cosas que podría hacer un quiropráctico por tus hijos
Muchos conocen el gran esfuerzo que hacen las familias para darle la mejor calidad de vida a los más pequeños de la casa; suplimos sus necesidades físicas con cariño y dedicación, y hacemos por ellos lo que muchas veces olvidamos hacer por nosotros, como acudir regularmente a diversos especialistas del área de salud, para prevenir los posibles problemas o actuar a tiempo frente a alguna adversidad.
Son muchos los expertos a los que acudimos por el bienestar de nuestros hijos, sobrinos o nietos, ¿pero alguna vez se te ha ocurrido la posibilidad de incluir un quiropráctico en esta lista? Un tratamiento quiropráctico podría aportar al sano crecimiento de tu niño de muchas más formas de las que sospechas.
1. Sana lesiones ocasionadas por el parto
El parto puede ser una experiencia bastante traumática tanto para el cuerpo de la madre como el del bebé; acudir a un quiropráctico a tiempo hace que este alinee los hombros, el cuello y la columna de la forma correcta para prevenir problemas a futuro.
2. Mejora la calidad del sueño
Coordinar el itinerario de sueño con un niño no es tarea fácil, la quiropráctica puede ayudar a estabilizar los flujos de energía en los niños. Muchos padres han descubierto que tras un tratamiento periódico sus hijos se despiertan menos en las noches y tienen un horario de sueño más constante.
3. Calma dolores de cabeza, oído y estómago
Se ha descubierto que un tratamiento quiropráctico ha logrado tener un efecto positivo en casos de niños con cólicos y problemas digestivos; también se ha notado una relación directa entre los ajustes y mejoramiento de condiciones como el asma y el trastorno de déficit de atención.
4. Contribuye al buen funcionamiento del sistema digestivo
Además de ayudar a sanar molestias como los cólicos en los más pequeños, la quiropráctica también puede regular el resto de sus funciones digestivas, previniendo condiciones como la constipación y contribuyendo a la eliminación de gases y la generación de una digestión más regulada.
5. Minimiza la posibilidad de lesiones serias
Los niños a veces parecen ser de goma, pero no lo son; es muy común que ellos se tropiecen, caigan y se lastimen de muchas formas.
Para evitar que una lesión infantil vaya a más, no es necesario que protejas a tu niño hasta el punto que no pueda explorar el mundo que lo rodea; un buen quiropráctico llevará un tratamiento que fortalecerá el sistema musculoesquelético y lo mantendrá alineado, flexible y fuerte para tu tranquilidad y el bienestar de tu pequeño.
6. Ayuda a formar una buena postura
Una buena o mala postura es cuestión de hábito. Si iniciamos a nuestros niños de forma temprana en su cuidado, no solo estando de pie o sentado, sino cuando duerme, levanta cosas pesadas o hace diversas actividades físicas, es más probable que cuando sea mayor tenga menos problemas en mantener la postura correcta en todo momento.
El papel del quiropráctico en este caso será no solo asesorar, sino mantener la columna en óptimas condiciones para que el niño no sienta la necesidad de apoyarse de forma inadecuada para sentirse aliviado o descansado.
7. Promueve el desarrollo del sistema inmune
La quiropráctica ha sido fuertemente vinculada a la buena salud del sistema inmune en adultos, pero los niños no son la excepción.
En una edad en la que todo esfuerzo cuenta e impacta nuestro bienestar cuando seamos mayores, un tratamiento que nos ayude a fortalecer el sistema de nos protegerá de enfermedades y agentes externos durante el resto de nuestra vida, es uno que definitivamente debemos considerar para nuestras rutinas de salud.
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