Los causantes insospechados de los desbalances hormonales

Hace un tiempo te compartimos un artículo sobre cómo mantener un balance hormonal naturalmente y de forma duradera; contamos entre los principales causantes de los desbalances hormonales los desórdenes alimenticios, los traumas y ciertas condiciones físicas y mentales, pero  no te contamos acerca de otro posible detonador de este problema, uno que es completamente externo y que cada día está más presente en nuestras rutinas y ambientes.

Los disruptores endocrinos son componentes químicos que se usan en diversas industrias; en las últimas décadas se ha demostrado que ellos tienen un efecto adverso en nuestra producción hormonal cuando somos expuestos, ya sea por consumirlos, inhalarlos y hasta tocarlos; los disruptores endocrinos se encuentran tanto en objetos como en alimentos, por lo que es posible que en nuestra propia casa estén presentes en todos los espacios y en diferentes niveles.

Al ser componentes químicos como las hormonas, los disruptores endocrinos, una vez dentro de nuestro sistema, pueden emular o intervenir los procesos hormonales causando fuertes alteraciones al sistema endocrino; este sistema regula funciones tan vitales como el crecimiento, el metabolismo y hasta nuestro estado de ánimo, por lo que una disrupción en estos procesos puede tener efectos diversos e impredecibles.

Es de vital importancia entonces que reduzcamos nuestra exposición a estos disruptores que hasta el día de hoy siguen en proceso de identificación y se pueden encontrar en diversos productos como:

1. Plagicidas

El DDT (dicloro difenil tricloroetano) es uno de los primeros disruptores endocrinos identificados por la OMS; aunque su uso ya está prohibido, se cree que aún se puede encontrar en la grasa de los animales, que al ser consumida por los humanos también es transmitido a ellos.

2. Empaques plásticos y metálicos

Los fenoles, entre los que se encuentra el ahora infame BPA (bisfenol A), se usan como un revestimiento para los contenedores de alimentos plásticos o metálicos para evitar la proliferación de bacterias.

Cuando estos recipientes contienen alimentos calientes, el BPA se integra a ellos, ingresando así a nuestro organismo; una vez dentro, los fenoles actúan como disruptores endocrinos, se dice que el desbalance solo duraría un par de horas mientras nuestro cuerpo termina de procesar la sustancia, pero aún así, los expertos sostienen que una exposición considerable a este componente puede seguir siendo perjudicial a largo plazo.

3. Productos de higiene personal

La pasta de dientes, los geles y algunos desodorantes tienen triclosan, que sirve como antiséptico y conservante, pero también como un disruptor endocrino que entra por medio del contacto directo con nuestra piel.

4. Perfumes, cosméticos y bloqueadores solares

El ftalato encontrado en algunos perfumes, cosméticos, pinturas y plásticos desechables para que sean más duraderos y flexibles también se ha vinculado a problemas hormonales, especialmente los que están  relacionados con el sistema reproductor.

5. Retardantes de llamas

Estas sustancias que se suelen agregar a diferentes tipos de objetos como electrodomésticos, muebles y textiles para hacerlos menos inflamables se van incorporando al ambiente y se pueden concentrar en el polvo haciendo que los consumamos por medio de la inhalación o el tacto.

6. Sartenes y ollas antiadherentes

Por su capacidad para repeler el agua y el aceite, además de ser ultra resistentes al calor, las sustancias PFA (per/polifluoroalquiladas) son utilizadas para muchos tipos de objetos como contenedores de alimentos, ollas, sartenes y hasta pitillos o pajillas ecológicas. Con el calor ellas impregnan las comidas e ingresan por medio de ella a nuestro organismo.

Cómo alejarse de tantas fuentes de exposición

Aunque hasta ahora lo niveles de exposición a disruptores endocrinos son desalentadores pues se han encontrado hasta en el 95% de las muestras poblacionales de algunos estudios, todavía podemos tomar algunas medidas para cuidarnos al máximo de sus efectos:

  • Revisa los componentes de productos cosméticos y elige los que no contengan sustancias identificadas como disruptores endocrinos.
  • Disminuye el consumo de carnes y busca reemplazos más naturales apoyando mercados locales y más orgánicos.
  • Procura usar envases de vidrio para el transporte de tus alimentos y de cerámica para su preparación, evita el teflón y los antiadherentes.
  • Evita pedir comida a domicilio que sea empacada con bandejas de poliuretano y sellada con plástico de PVC.
  • Elige recipientes y biberones libres de BPA y evita al máximo el contacto con papeles complementados con plástico como los tiquetes del cajero o las facturas de compra.
  • Pasa más tiempo en la naturaleza, lejos del polvo y los disruptores que se albergan en los ambientes donde los productos que los contienen están presentes.