4 alimentos que drenan tu energía y 7 que la ponen al 100%

Hay una verdad innegable en el mundo de la nutrición: somos lo que comemos. Es difícil no sucumbir a la tentación de los alimentos que están pensados y diseñados para generar una dependencia en nuestro organismo y en nuestra rutina como las comidas rápidas y los azúcares, pero quiénes han logrado mantener una alimentación natural y sana por cierta cantidad de tiempo pueden dar fe de las consecuencias que una buena o mala alimentación tiene en nuestro cuerpo.

Independientemente de que sea “buena” o “mala”, la comida siempre genera muchas reacciones en nuestro organismo, y entre todas las reacciones posibles, la que nos afecta más a corto plazo y de forma cotidiana es la cantidad de energía con la que quedamos después de consumir un alimento; por esto, aquí te contamos acerca de algunas de las mejores y peores comidas al momento de buscar un buen empujón de energía.

1. Evita: comidas fritas y ultra procesadas

Elige: proteínas magras, granos enteros y carbohidratos complejos

Si quieres sentirte saciado sin sufrir de la pesadez que dejan los ultra procesados, las mejores opciones son las proteínas como el pollo, el pavo o el pescado; acompáñalas con harinas integrales o con carbohidratos complejos como la quinoa, las papas o el plátano y no solo quedarás satisfecho, sino listo para los retos que llegan a continuación.

2. Evita: cereales, yogures y alimentos con azúcar añadida

Aunque puede ser muy delicioso iniciar el día con un buen vaso de cereal y yogurt, en el mercado la gran mayoría de sus variedades son verdaderas bombas de azúcar. Aunque los alimentos y bebidas azucaradas sí causan un aumento de energía, este es tan alto y tan rápido que suele durar menos de una hora, dejando nuestras reservas en cero y haciéndonos desear más y más snacks dulces durante el día, desencadenando a su vez, un círculo vicioso muy poco saludable para nuestro bolsillo y nuestra salud.

Elige: frutas, verduras, nueces y frutos secos de temporada

Si te hace falta un poco de dulzor para iniciar el día, deja a un lado el yogurt, y toma en su lugar una jugosa piña o una mandarina fresca; complementa otros momentos del día con snacks sabrosos como los mix de frutos secos; con estas opciones le estás dando a tu cuerpo energía, vitaminas y grasas buenas para sacar adelante el día.

3. Evita: el café, el té y las bebidas energéticas

Puede ser una sorpresa para varios, pero ese golpe de energía maravilloso que viene con el café después del almuerzo puede ser un problema a mediano plazo; tal como con los dulces, las bebidas con componentes estimulantes pueden ser bastante efectivas en el momento en que el sueño ataca, pero es solo cuestión de minutos para que la energía se vaya para no volver.

Dejando de lado las bebidas energéticas, el te y el café pueden ser una buena adición a tu dieta en pequeñas proporciones, pero si te ves entre comidas y varias veces al día deseándolos con locura, probablemente sea la señal de que es momento de controlar un poco su consumo.

Elige: agua y bebidas sin cafeína.

A veces la respuesta más sencilla es la correcta, si en la tarde se te cierran los ojos, pero quieres evitar tu segunda o tercera taza de café ve por un buen vaso de agua fresca, tu cuerpo la necesita para mucho más que mantenerte despierto, y así estarás saliéndole al paso a varias condiciones con una solución natural y económica.

4. Evita: alimentos bajos en calorías

Por más que las contemos y huyamos de ellas como si fueran la peste, lo cierto es que nuestro cuerpo necesita un mínimo de calorías para funcionar bien; evítate la molestia de ir por todo el supermercado buscando las etiquetas de “bajo en calorías”, en últimas estas suelen estar en alimentos muy procesados que no van a aportar ni en energía ni en nutrición, mientras existen muchos alimentos naturales que bien balanceados en tu nutrición diaria no te harán subir de peso y te darán la energía que necesitas.

Elige: banano, avena y semillas de chía

Algunos ejemplos de estos alimentos son los infaltables bananos, la deliciosa avena y la poderosa semilla de chía, agrégalos a tus comidas o hazlos tu snack, son buenos para saciar el hambre, se pueden combinar de infinidad de formas y hasta pueden aportar el toque dulce que a muchos nos hace falta en nuestras comidas.