5 consejos para elegir un buen quiropráctico

La quiropráctica, especialmente en Latinoamérica, es un área de la salud floreciente que por su relativa juventud sufre de inexactitudes y mitos que impiden que muchas personas conozcan su potencial. La poca difusión en medios de comunicación masivos y las casi nulas oportunidades de formación profesional en nuestra región han hecho que la búsqueda de un profesional confiable sea difícil; por eso, hoy te damos algunas pistas sobre cómo encontrar un quiropráctico capacitado para brindarte el cuidado que mereces y necesitas.

1. Un poco de ayuda de tus amigos

Una buena forma de iniciar tu búsqueda es preguntando a otros cómo ha sido su experiencia con su quiropráctico y cómo ha sido el tratamiento con él; es importante que en este primer punto tengas cuidado, no es lo mismo la recomendación de un experto del área de la salud o de un deportista profesional a la de un amigo o familiar, así que este primer paso va a requerir un poco de investigación y verificación de tu parte.

2. Consulta y comprueba sus credenciales académicas

Debido a la falta de espacios para la formación profesional en quiropráctica en América Latina, muchas instituciones han aprovechado para crear cursos y capacitaciones breves que dicen certificar a las personas para realizar este tipo de tratamientos. Aunque joven, la quiropráctica ya es una ciencia de la salud con carreras profesionales de 5 a 6 años que tienen como base temas tan importantes como anatomía, biología, ortopedia y hasta microbiología.

Además, estamos hablando de nuestro cuerpo, y más aún, de nuestra delicada columna; un curso no basta para comprender su complejidad y cuidado, por eso debemos asegurarnos de estar ante un quiropráctico con una formación verdaderamente profesional.

3. No solo cuida tu salud, también cuida tu bienestar

Hay muchas razones por las que algo puede salir mal con nuestro sistema nervioso y nuestra columna, por lo que un buen quiropráctico no se va a limitar a tratar tu condición a corto plazo y de forma única. Un verdadero profesional va a buscar la raíz del problema y va a contar con herramientas y recursos para darte un diagnóstico especializado, justificado en sus conocimientos y tus propios hábitos y conductas.

Cuando llegas a donde un experto notas de inmediato que su interés no solo se va a limitar a tus síntomas, sino a lo que haces tanto respecto como a pesar de ellos en tu vida diaria; con estos conocimientos te podrá brindar una guía en la que tendrá en cuenta factores como tu alimentación, higiene postural y demás para tomar acción él mismo y dejarte unas tareas en casa que contribuirán a mejorar tu calidad de vida en general.

4. Evitará a toda costa los medicamentos

Una de las máximas de la quiropráctica es la confianza en el poder que tiene el cuerpo humano para regenerarse y fortalecerse a sí mismo a través de hábitos correctos y naturales, el uso de medicamente e incluso el sometimiento a cirugías no suelen ser recomendados dentro de estas prácticas debido a sus efectos secundarios y su agresividad posiblemente innecesaria.

Un buen quiropráctico será franco contigo, pero también será perseverante y recursivo en su diagnóstico y tratamiento para evitar que eventualmente tengas que llegar a las medidas más extremas y contraproducentes.

5. Una cuestión de confianza

Ya verificaste las credenciales académicas, la experiencia y la capacidad de cuidado integral de tu quiropráctico, el último, pero no menos importante consejo que te podemos dar es que te escuches a ti mismo y escojas un profesional que te genere la confianza para poder hablar de forma abierta y sincera de tus condiciones, limitantes y expectativas.

Teniendo en cuenta todas las posibles causas que hay detrás de una lesión en nuestra columna, es vital que te sientas tranquilo y apoyado por la persona que tienes en frente para poder hablar sin miedo al prejuicio o la retaliación; una vez hayas encontrado a esta persona, tanto tu integridad como tu intimidad estarán en manos y oídos confiables.