¿Quiropráctica para adultos mayores?

Ya hemos hablado de los beneficios de la quiropráctica en deportistas, niños y hasta en distintos tipos de profesionales y empleados, pero aún no les hemos contado acerca de uno de nuestros públicos más importantes: los adultos mayores.

Debido a que los ajustes quiroprácticos se realizan de forma completamente directa sobre un área tan delicada como lo es la columna, muchos pueden llegar a creer que es un procedimiento agresivo o peligroso para las personas mayores, pero no hay nada más alejado de la realidad, siempre y cuando acudas a verdaderos expertos con una formación profesional certificada.

¿Por qué no lo habías pensado antes?

Teniendo en cuenta que la quiropráctica es relativamente joven y su validación avanza lenta pero segura a través de sus innumerables casos de éxito y estudios avalados por grandes instituciones del área de la salud y la educación, es normal que muchas personas no la conozcan hasta tener una avanzada edad, pero esa no debería ser excusa para no acudir a ella, pues solo en este caso sí podríamos decir que más vale tarde que nunca.

Hay muchas razones por las que una persona mayor debe acudir a un quiropráctico: desde toda una vida de malas posturas hasta enfermedades crónicas sin origen aparente son condiciones importantes que se deben revisar, y la quiropráctica al estar enfocada en entender nuestro cuerpo desde la raíz – su sistema nervioso – podría ser la respuesta a preguntas y dolores que te acosan hace años.

También con el paso del tiempo empiezan a manifestarse en nuestros cuerpos un montón de dolencias que muchos se resignan a tratar como cuestiones de la edad, optando por el consumo de medicinas o simplemente el aguante del dolor porque es “lo normal”, pero no lo es. Tener dolores no debe ser considerado normal en ninguna etapa de nuestras vidas y esa es una de las máximas que la quiropráctica procura enseñar.

En el caso de los adultos mayores, nuestra disciplina resulta muy eficaz en el manejo de dolores y lesiones que van desde el sistema óseo hasta el digestivo; molestias tan comunes como las generadas en la espalda son tratadas con éxito con un tratamiento quiropráctico, reduciendo además el riesgo de fracturas y los síntomas de enfermedades  articulares como la osteoartritis.

Además de sanarte…

La quiropráctica no solo es buena para detectar el origen de nuestras dolencias y curarlas, también ha demostrado ser una excelente forma de fortalecer nuestro sistema inmune, de aumentar nuestra flexibilidad y rango de movimiento, mejorando también nuestra coordinación y equilibrio.

Cualquier momento es un buen momento para darle estos beneficios a nuestro cuerpo, y si ya hemos pasado años sirviéndonos de él a través del uso y el abuso que requieren nuestras rutinas y estilos de vida, acudir a un quiropráctico en nuestra vida adulta puede ser un gran alivio y recompensa por el trabajo arduo y continuo.

Aunque todavía exista mucha desinformación alrededor de la quiropráctica y la mayoría de las personas llegue a considerar que es un tratamiento agresivo para organismos tan frágiles como los de los niños y los de los adultos mayores, lo cierto es que estamos ante un procedimiento que siendo definido y realizado por verdaderos profesionales puede tener muchísimos menos efectos secundarios que el consumo excesivo de medicinas o la práctica de tratamientos invasivos como las cirugías; esta cualidad cobra especial valor si pensamos en un abuelo que quizás se encuentra ante un riesgo más grande en un quirófano o al lidiar con los efectos secundarios de algunas medicinas que curan un órgano o sistema a costa de otro.

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