Cómo bajar nuestras revoluciones en 3 pasos

Cuando vivimos momentos de mucho estrés, cualquier cambio o inconveniente se puede sentir como el fin del mundo, después, en retrospectiva, es que nos damos cuenta que hay muchas cosas pequeñas que volvemos gigantes cuando estamos bajo mucha presión. La psicóloga de Harvard, Debbie Sorensen, tiene un método que nos puede mantener con los pies sobre la tierra en esos días en donde armamos las peores tormentas en un vaso de agua.

 ¿Por qué debemos estar pendientes de nuestros niveles de estrés?

Aunque parece que el estrés hace parte de los gajes del oficio en nuestra sociedad actual, lo cierto es que es una condición muy manejable bajo la perspectiva y con la ayuda correcta; ignorarla solo nos expondrá a una gran cantidad de consecuencias que pueden afectar todas las dimensiones de nuestras vidas de forma permanente.

El estrés, según la Clínica Mayo, puede causarnos problemas emocionales como ansiedad, irascibilidad, aislamiento y depresión; mientras en nuestro cuerpo va a destruir nuestra calidad de sueño, va a causarnos dolores en el pecho, tensión y dolor muscular, cambio del deseo sexual y hasta molestias estomacales. Cuando el estrés se vuelve crónico puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, diabetes y obesidad.

Esta condición permea cada uno de los espacios en los que nos desempeñamos, poniendo en riesgo nuestras relaciones, estabilidad laboral, inteligencia emocional y motivación en general, por esto, cuando te sientas desbordado, puedes empezar con esta sencilla pero efectiva técnica propuesta por Sorensen.

Pausa – reconoce – elige

La propuesta de Sorensen consiste en seguir tres pasos en el momento en que empecemos a sentirnos abrumados por las situaciones con las que estamos lidiando:

  1. Pausa: cuando sientas que el estrés te está causando reacciones atípicas y violentas, para todo lo que estés haciendo por un momento. Busca un espacio físico o mental que te haga sentir tranquilo, puedes ir por una caminata, a una habitación que no esté relacionada con el motivo de tu estrés o salir a caminar un poco con tu perro.
  2. Reconoce: cuando estés en este espacio identifica tus sentimientos y sensaciones cuando estabas tan estresado, pregúntate de dónde viene ese sentimiento y por qué crees que salió a relucir en ese momento.
  3. Elige: por último, cuando hayas reconocido cómo te sientes y tengas una idea de por qué te sientes así, piensa en la mejor versión de ti mismo y qué haría esa versión tuya en la situación que estás viviendo, seguramente podrás afrontar tus pendientes con más asertividad y serenidad. Sorensen propone dentro de este último paso hacer un breve “reinicio emocional” por medio de una distracción positiva, escoge una actividad que te de una perspectiva refrescante o re energice para abordar la situación de forma proactiva y ordenada.

Lo bueno de este ejercicio es que por más apretada que sea tu agenda, puedes hacerlo en cinco minutos; a veces estamos tan desbordados por nuestras responsabilidades o expectativas que nos podemos pasar la misma cantidad de tiempo o más quejándonos o procrastinando, así que el tiempo no debería ser una excusa.

¿Vas a necesitar más que esta técnica?

Identificar nuestros sentimientos y por qué surgen puede ser solo el inicio de un camino importante; aunque la técnica de Sorensen puede ser efectiva en ciertos momentos, debemos aprender a reconocer cuándo necesitamos más que esto para estar bien, buscar ayuda psicológica es un verdadero acto de amor propio cuando nos sentimos abrumados o desesperados de forma persistente y debilitante, así que no dudes en pedir ayuda, el cuidado de nuestras mentes es tan importante como el de nuestros cuerpos y son solo un símbolo de nuestro deseo de cuidarnos y estar bien.