Que tu bienestar no se vuelva un motivo de estrés

Muchos hemos sentido alguna vez la presión de llevar una vida digna de Instagram: levantarnos a las 5:00 a.m., preparar un jugo verde, trotar 10 km y volver a casa frescos y energizados para seguir con nuestras rutinas. El problema, es que muchos de los hábitos que promulgan algunas personas en redes sociales resultan bastante problemáticos en varios sentidos, abriendo una brecha entre expectativa y realidad que puede llegar a afectarnos física y emocionalmente.

No todos somos iguales, y lo sabemos, pero se nos olvida. No es lo mismo hablar de bienestar para una chica de 16 años que para una mujer de 30 años con 3 hijos; la rutina que nos ocupa a cada uno de nosotros es diferente, por lo que tenemos necesidades y restricciones que condicionan la forma en la que podemos llevar una vida más saludable.

Por esto, antes de correr al mercado por el nuevo alimento favorito de Instagram o comprar a 24 cuotas la última crema para adelgazar, asegúrate de que sí cumpla con tus objetivos y que no tenga contraindicaciones que puedan afectar tu salud; también piensa qué tan posible es introducir esta tendencia en tu rutina y lo más importante, pregúntate si es algo que realmente disfrutas y te motiva.

Fuentes poco confiables

Además de que las redes sociales suelen venir con un mensaje genérico para millones de personas que en realidad son muy diferentes, hay otro agravante que debemos considerar antes de ceñirnos a la rutina de otra persona: la confiabilidad de sus consejos.

Por más buenas que sean las intenciones de tu instagrammer favorito, él probablemente es más parecido a ti de lo que imaginas, quiere mejorar su vida, pero no necesariamente tiene el conocimiento o la preparación para determinar qué es bueno o malo para sus miles o millones de seguidores, por lo que puede terminar replicando prácticas que vio de otros lados pero que pueden no ser ideales para algunos.

Ten en cuenta además, que una de las principales fuentes de ingresos de los influenciadores viene de la publicidad, así que no des por hecho los beneficios de un producto promocionado por ellos, investiga, ve más allá, no son pocos los casos de productos que no son lo que aparentan.

Lo mejor que puedes hacer para tomar las decisiones correctas es, primero, seguir personas que puedan respaldar sus recomendaciones con carreras y trayectorias confiables, pero no te quedes solo con esto, no olvides el principio básico: todos somos diferentes; antes de adoptar un cambio de rutina inspirado en las redes sociales, consulta con un experto que conozca tus necesidades, limitaciones y fortalezas.

La diferencia entre estar bien y aparentarlo

En las redes sociales hay tantas cosas públicas como hay cosas ocultas, recuerda que los seres humanos no solo somos un cuerpo, también somos una mente, una espiritualidad y parte de una sociedad; “la vida” que muestra una persona en sus redes sociales no es realmente un todo, por lo que antes de sentirte culpable porque tu vida no se ve como las de los modelos de Instagram, recuerda que solo estás viendo un fragmento de ella y que lo que funciona para ellos, puede no hacerlo para ti.

Considera también que hay situaciones de nuestras vidas que son tan particulares que no se pueden solucionar simplemente con una buena rutina para la piel o una frase positiva, si sientes que es necesario, busca ayuda lejos de tu teléfono, conecta de forma física con amigos y expertos, muchas veces las cosas que vienen si filtro son las que más nos llenan física y espiritualmente.

Por último, recuérdate a ti mismo que no debes sentirte presionado a llenar una lista ajena sobre las cosas que debes ser o hacer para ser feliz, descúbrete a ti mismo, date gusto, pero también date amor a través del cuidado de tu cuerpo y de tu mente en tus tiempos y en tus términos, no en los de nadie más.