¿Qué hacer en caso de ataque cardiaco?
Las enfermedades del corazón han sido durante décadas la principal causa de muerte en personas adultas en el mundo; la Asociación Americana del Corazón argumenta que solamente en Estados Unidos cada 34 segundos una persona muere a causa de estas enfermedades, mientras la Organización Panamericana de Salud (OPS) sostiene que, en todo el continente, alrededor de 2 millones de personas fallecen anualmente por lo mismo.

Ante unas estadísticas tan resonantes, es mejor estar muy atentos a los factores de riesgo, formas de prevención, y en el peor de los casos, planes de acción para protegernos a nosotros y a nuestros seres queridos de este riesgo latente.
Los 8 esenciales de la AHA:
La Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) ha enumerado los 8 principales factores de riesgo para desarrollar una enfermedad del corazón:
- El tabaquismo
- La obesidad
- La mala alimentación
- El sedentarismo
- Los niveles altos de colesterol
- Una mala calidad del sueño
- La diabetes
- La presión arterial alta

Estos elementos no son solo factores de riesgo, sino indicadores que nos pueden dar una pauta del nivel de exposición que estamos teniendo a estas enfermedades. Además de estos factores, también existen otras condiciones que influyen en la posibilidad de contraer estas enfermedades, como:
- La edad: a pesar de que estas enfermedades se pueden dar a cualquier edad, se estima que suelen manifestarse más a menudo a partir de los 40 años y con la llegada de la menopausia.
- El género: las enfermedades cardiovasculares suelen presentarse más en los hombres, pero condiciones mortales como el infarto al miocardio son más comunes en mujeres.
- Antecedentes familiares: algunas enfermedades del corazón como las miocardiopatías y las canalopatías pueden transmitirse en nuestros genes.
¿Cuándo tomar acción?
El simple hecho de cumplir con cualquiera de las condiciones anteriores ya debe ser un motivo para cambiar hábitos y tomar medidas preventivas, pero en caso de que tú o un ser querido ya estén experimentando cambios importantes en su calidad de vida, estos son algunos síntomas que delatan que algo no está bien con nuestro corazón:
- Fatiga mientras se hacen actividades cotidianas
- Dificultad para respirar
- Mareos y desmayos
- Palpitaciones
- Dolores en brazos, espalda o cuello
- Sudoraciones espontáneas y sin motivo aparente
- Inflamación de piernas, rodillas y pies
En caso de sufrir estos síntomas o estar expuesto a 2 o más de los factores de riesgo, lo mejor siempre será ir con un experto de forma urgente, él podrá determinar si ya existe una condición en nuestro cuerpo y su nivel de gravedad, para así definir un tratamiento que sea efectivo y acorde a nuestras capacidades.

En caso de emergencia
Lastimosamente las enfermedades cardiovasculares no detectadas a tiempo pueden llevarnos a emergencias que requieren atención inmediata, si tú o un ser querido experimenta al mismo tiempo varios de los síntomas mencionados anteriormente, puedes o pueden estar sufriendo un paro cardiaco, en ese caso:
- Llama a emergencias: una situación de este tipo puede sobrepasar a cualquiera que no esté entrenado para lidiar con ella, antes que nada, solicita ayuda inmediata y sigue sus instrucciones.
- Siéntate y quítate cualquier prenda que te apriete: procura serenarte y/o serenar a la persona sufriendo este episodio
- Ten una aspirina a la mano: los ataques cardiacos pueden causar coágulos que bloquean las arterias, para ayudar a disolverlos, se puede masticar una aspirina de 35mg; ten en cuenta que tú o la persona que la consuma no puede ser alérgico a ella.
- Si estás asistiendo a alguien practica reanimación cardiopulmonar (RCP) o usa el desfibrilador externo automático (DEA): solo si la persona no responde y ha perdido su pulso, el primero lo puedes hacer de forma manual y para el segundo puedes seguir las instrucciones del dispositivo.
- Acompaña hasta que las autoridades lleguen a asistirte: nunca dejes sola a una persona que está sufriendo un paro cardiaco, es importante recopilar y comunicar cualquier manifestación que ella haya tenido en tu compañía.
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