Quiroprácticos de nivel olímpico
Ya en el pasado les hemos contado cómo los quiroprácticos se han convertido en un aliado indispensable para deportistas de alto rendimiento. Son pocos los deportes en los que no han incursionado dentro de los equipos médicos, contando entre sus pacientes habituales personajes de la talla de Michael Jordan, Novak Djokovic y Tiger Woods; por eso, justo ahora que estamos en medio del evento deportivo más fascinante del planeta, estamos en el momento perfecto para hablar de cómo ha sido nuestro camino para llegar hasta los juegos Olímpicos.
Suena increíble, pero lo cierto es que los quiroprácticos apenas empezaron a conocer las arenas olímpicas alrededor de 1980 de forma muy tímida y esporádica; a partir del 2010 obtuvieron un poco más de visibilidad durante los juegos de invierno de Vancouver, Canadá y para los juegos de verano llevados a cabo en Londres solo dos años después, la mayoría de las delegaciones contaba ya con su propio equipo de quiroprácticos, habiendo casos como el de Estados Unidos, para el que enlistaron a 200 profesionales solo para hacer parte de este evento.
El caso Usain Bolt
A pesar de esta trayectoria relativamente corta en los olímpicos, los quiroprácticos se han creado ya una excelente reputación por sus resultados rápidos y naturales; quizás una de las anécdotas más conocidas sea la de Usain Bolt. El corredor jamaiquino que cuenta entre sus logros con 6 medallas de oro (nunca de plata, ni de bronce), no se ha quedado corto en palabras cuando atribuye a la quiropráctica la curación de un cuadro de escoliosis que sufría desde que era niño.
De acuerdo con el que es conocido como “el hombre más rápido del mundo”, esta enfermedad empezó a ser realmente problemática cuando dejó atrás la niñez, por lo que cada año terminaba lesionado y su ascenso como atleta se vio interrumpido varias veces. Ahora, Bolt usa la quiropráctica no solo para sanar rápidamente, sino para mantener su rendimiento cuando está en buenas condiciones de salud.
De atleta olímpico a quiropráctico
Otra anécdota curiosa ocurrió en Estados Unidos, ya que dentro de la selección de polo acuático de los 80s competía el futuro entrenador y quiropráctico Terry Schroeder, quien por supuesto no duda en aplicar sus conocimientos en sus deportistas y declara que “la quiropráctica es un elemento indispensable para el desempeño óptimo de los atletas, tanto desde el entrenamiento como en las etapas de recuperación y prevención”.
El camino recorrido y el que queda por recorrer
Actualmente la selección de quiroprácticos que va a los olímpicos acompañando a una delegación tan grande como la de Estados Unidos tiene ante sí un inmenso reto. Hacer parte de este selecto grupo no es nada fácil: requiere tiempo, pólizas de seguro y una certificación especializada en lesiones deportivas, nutrición enfocada en desempeño y corrección de columna; todo esto sin mencionar que van como voluntarios, y deben encargarse de todos sus gastos durante el tiempo que estén en servicio del equipo norteamericano.
Esta es la norma para todos los integrantes de las delegaciones médicas y de bienestar del equipo estadounidense, y aunque es innegable que hacer parte de los olímpicos debe ser una experiencia inolvidable, también vale la pena preguntarnos por qué a la labor de las personas que se encargan del bienestar de los atletas, no se le da la valoración que debe merecer dentro de todos los lujos y la fanfarria que suele desplegar este evento.
Definitivamente quedan muchas reflexiones y muchas lecciones en el tintero, estas son solo unas pocas historias y anécdotas que existen alrededor de la quiropráctica dentro de los Juegos Olímpicos, así que cuando te conectes a ver tu deporte o deportista favorito, no olvides que tras bambalinas puede haber todo un equipo de quiroprácticos listos para mantenerlo sano y al 100% de sus capacidades.
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