¿Por qué el frío hace que nos duelan las articulaciones?
Llega el frío y con él a la mayoría de nosotros nos llegan una variedad de dolores que no suelen existir en días más soleados; muchos conocemos este fenómeno tan común, pero no sabemos qué hay detrás de él ni cómo combatirlo; hoy te queremos contar un poco más al respecto para que estés al 100% en esta temporada de lluvias.
El hecho de que en los días lluviosos o en las noches frías una vieja lesión empiece a doler de nuevo o nuestras extremidades se sientan pesadas y rígidas, responde a un par de reacciones que tiene el cuerpo ante las temperaturas bajas.
Sobre la presión atmosférica y otros fenómenos
Una de las primeras consecuencias de una caída de temperatura es la disminución de la presión atmosférica; esto hace que el aire no ejerza tanta resistencia contra nuestro cuerpo y los tejidos tengan la oportunidad de expandirse, el problema es que al hacerlo, se genera una fuerte presión contra nuestras articulaciones causando un dolor constante e incómodo.
Pero la presión atmosférica no es la única responsable de esa rodilla o esas muñecas adoloridas; el cuerpo mismo tiene ciertas reacciones al frío que pueden exponer nuestras extremidades al dolor.
Cuando nuestro cuerpo se encuentra en un ambiente adverso, su primera respuesta siempre es la de intentar proteger nuestros órganos vitales, ubicados justo en el centro de nuestro cuerpo; cuando se trata de enfrentar un clima frío, nuestro organismo de forma automática focaliza casi toda su energía y calor en nuestro pecho, enviando a este mismo sector la mayor cantidad de sangre posible; al disminuir el flujo sanguíneo a las extremidades, las venas se contraen causando rigidez, incomodidad y en últimas instancias dolor.
Se ha descubierto además que el líquido albergado en nuestras articulaciones tiende a responder a las bajas temperaturas haciéndose más espeso, lo cual hace que nuestras articulaciones se sientan rígidas y pesadas, y nosotros tengamos dificultad para movernos.
¿Cómo evitar el dolor?
No hay mucho que podamos hacer contra la madre naturaleza para detener los días fríos, pero sí que tenemos varias herramientas para darle la vuelta a la situación y sacarle el mejor provecho a la temporada invernal:
1. Mantente activo:
Hacer actividades al aire libre con el sol brillando en lo alto es desgastante y peligroso para tu piel; con una buena rutina que te mantenga activo, vas a combatir el frío y los dolores que llegan con él, además de que no te cansarás tan rápido y podrás refrescarte más fácilmente.
2. La vitamina D antes que ninguna otra
Sabemos que te acabamos de decir que el sol directo puede ser peligroso, pero una pequeña dosis es justo la necesaria para activar la vitamina D, cuya ausencia o escasez puede causar o empeorar los dolores articulares y del sistema esquelético. Complementa tu baño de sol con alimentos como los frutos cítricos, los lácteos y los frutos secos y estás listo para lidiar con las noches frías de invierno.
3. ¡Hidrátate!
Si sigues sin motivarte a tomar más agua en el día, tenemos una razón más para hacerlo, mantener un consumo saludable de agua mantiene tus articulaciones hidratadas y todos los sistemas del cuerpo corriendo como seda.
4. Busca el calor
El calor es energía y vida, pero cuando la naturaleza no puede ayudarnos, tenemos años de innovación y tecnología para cubrirla; desde abrigos hasta cafés calientes y sistemas de calefacción pueden ser tus aliados para mantenerte cálido y a gusto mientras pasa la tormenta.
5. Mantén un tratamiento con un experto
La mayoría de dolencias que vienen con el frío son producto de viejas lesiones, desgastes o años de mala postura; si vas al quiropráctico con la periodicidad necesaria para tu condición física podrás tener tu cuerpo lo suficientemente fuerte y sano como para que tus articulaciones dejen de recordarte qué clima hace allá afuera.
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