¿Dolores de espalda y cuello? ¡Pregúntale a tu almohada!
Hacía unas semanas te contábamos que era posible que tu colchón te estuviera haciendo la vida una pesadilla, pero lo que no te contamos es que la almohada puede ser igual de decisiva, por lo que hoy vamos a corregir ese pequeño error y te vamos a contar por qué probablemente debes cambiar tu almohada y cuál sería la mejor opción para ti.
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¿Hace cuánto empezaste a usar la almohada que tienes? Si no lo recuerdas, o si la respuesta es mucho tiempo, es hora de hacer un cambio. Independientemente del material del que sea hecha, tu almohada tiene fecha de expiración, eso sí, la cosa puede variar un poco: una almohada de poliéster, por ejemplo, la debes cambiar cada dos años, mientras una de plumas te puede durar entre 5 y 8 dependiendo de su calidad y composición.
Entonces la primera razón por la que debes cambiar tu almohada es porque esta con el tiempo se deforma y deja de ofrecer el soporte que debe ofrecer, pero otro motivo muy importante es que los humanos todo el tiempo estamos secretando toxinas, aceite y hasta piel muerta, por lo que tu almohada se convierte en un caldo de cultivo muy poco higiénico.
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¿Sigues pensando que es innecesario cambiar de almohada?
Si todavía no estás muy convencido, aquí te van las consecuencias que a veces pasan inadvertidas, pero con el tiempo son en el mejor de los casos incómodas y en el peor, perjudiciales para tu salud.
- Noches sin descanso: esas mañanas en las que te despiertas después de una noche completa de sueño, sin pesadillas ni sobresaltos, y aún así te sientes físicamente agotado pueden ser a causa de una almohada que no le da el soporte correcto a tu cuello y cabeza, esto obliga a tu columna y especialmente al área cervical a mantener un esfuerzo durante la noche, impidiendo un descanso completo.
- Dolores de espalda y cuello: generalmente cuando nos duele la espalda y el cuello, es difícil para nosotros identificar la razón y nos empeñamos simplemente a tratar el dolor, pero no tenemos por qué resignarnos a tomar pastillas toda la vida, visita a tu quiropráctico para encontrar la fuente de tu malestar, es posible que una almohada vieja y gastada tenga algo que ver con él.
- Pérdida de la forma natural de la columna: cualquier postura anormal que sostengamos en el tiempo, va a alterar la estructura de nuestra columna vertebral, esto, por supuesto, también le aplica a nuestra postura cuando dormimos. Si no tenemos una almohada idónea, la columna tendrá que adaptarse, y mientras pasan las horas, las noches y los años, se va instalando esta posición anormal de forma permanente.
- Empeora la apnea: saliéndonos un poco del tema postural, hay otra consecuencia de una mala almohada que puede ser muy dañina. Si sufres de apnea, una almohada inapropiada o vieja puede hacer todavía más dificultoso el trabajo para tu sistema respiratorio y empeorar tu condición considerablemente.
Ahora sí, nuestros consejos
El principal elemento a tener en cuenta al momento de comprar una nueva almohada es la postura en la que duermes: si lo haces de espaldas, una almohada suave que cubra con delicadeza el espacio entre el cuello y la espalda será la mejor opción. Si duermes bocabajo, que como ya lo hemos dicho en otros artículos es muy poco recomendable, una almohada suave y también delgada te servirá para no estirar ni forzar más tu columna, aunque si somos honestos, cambiar de postura, sería lo ideal. Por último, si duermes de lado, el espacio entre el cuello y la espalda es más profundo, por lo que una almohada gruesa te funcionará mejor.
No olvides que el mejor consejo siempre será el que te de un profesional de forma personalizada. Ven a QuiroVida, y recibe tratamiento e indicaciones de los expertos.
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Nuestras recomendaciones: ya te dimos pistas sobre unas de ellas, cuida tu peso y mantente activo. Pero también queremos que te asegures de tomar pausas para salir del vehículo, estirarte y moverte. Un tratamiento continuo y especializado con un quiropráctico también es de vital importancia para ti.