4 cosas que debes saber sobre los correctores de postura

Cada día se ven más personas que recurren a los correctores de postura para mantener una buena higiene postural y evitar los dolores y demás condiciones que vienen de las malas prácticas que nos llevan a no mantenernos correctamente erguidos. Lo preocupante es que muchas personas simplemente compran los correctores sin recibir asesoría sobre cómo, por cuánto tiempo o si sí es beneficioso para ellos recurrir a este tratamiento.

Hoy te contamos desde la perspectiva de los quiroprácticos si son convenientes los correctores de postura y qué factores intervienen para considerarlos una buena opción o no.

1. Opiniones divididas

Lo primero que debes saber es que no hay un consenso respecto a la efectividad o conveniencia de recurrir a los correctores de postura. Por una parte, existen profesionales que niegan de forma categórica su efectividad, argumentando que su uso puede llevar a atrofiar nuestra columna, al no estar “obligada a trabajar” para mantener nuestra postura erguida. Agregan también que al atrofiarse, la columna se debilita, exponiéndonos a unas posibilidades más altas de salir lesionados.

Otros profesionales tienen un acercamiento más mesurado ante la idea, considerando que es un buen complemento, pero que no representa un alivio efectivo a largo plazo, además de que tiene muchas variables como los materiales del corrector, las áreas de la columna a trabajar, la duración del tratamiento y otras que deben ser analizadas por un experto.

2. Corrector de postura no hay solo uno

Como ya te íbamos contando en el punto anterior, un corrector de postura en realidad no es solo un corrector de postura. La columna vertebral humana es compleja y variante, por lo que puedes encontrar correctores de materiales que van desde el plástico duro hasta el neopreno, y correctores enfocados en la espalda baja, la espalda alta y aquellos que cubren toda la columna vertebral, considerados para casos muy extremos de mala postura o necesidad de soporte.

Quizás incluso encuentres que escoger un corrector puede depender más del tipo de lesión que tengas que del lugar en el que sientes dolores o sientes que debes mejorar tu postura. Es por ello que es vital la asesoría de un profesional ¿y quién mejor que un quiropráctico si es el que está realmente especializado en las necesidades de tu columna vertebral?

3. Lo barato sale caro

Sí, lo sabemos, es mucho más fácil ir a la tienda deportiva o de implementos médicos a comprar el corrector, que ir al quiropráctico y darte cuenta que necesitas un cuidado bien pensado y profundo; pero te tenemos que decir la incómoda verdad: será mejor a largo plazo.

Nunca nos cansaremos de enfatizar que nuestras columnas tienen de importantes lo que tienen de delicadas. Lastimosamente nos hemos acostumbrado a buscar soluciones rápidas y tratamientos exprés que nos dejan en cuestión de meses en el mismo lugar donde empezamos o peor que antes. Invierte en tu salud en energía y dinero y verás cómo tu cuerpo te lo agradece manteniéndose en mejor estado a largo plazo

Ejercicios para la espalda

4. Un corrector es solo parte del plan

Para cuidar de tu cuerpo no hay recetas de un solo ingrediente; tal como tienes rutinas para tu piel, tu cabello y tus dientes, tu columna también necesita una que requiere de cuidados desde diferentes frentes. Si tu quiropráctico considera que es oportuno que uses un corrector de postura, úsalo de forma juiciosa y atenta, pero no olvides que estar activo, comer sano, y seguir asistiendo a tus citas con él es igual de importante.

Ten en cuenta que los correctores de postura no son una solución a largo plazo, por lo que siempre debes complementar su uso con prácticas y recomendaciones de los expertos. En centros especializados como QuiroVida podrás encontrar quiroprácticos certificados para definir qué tratamientos y complementos son los mejores para ti.