4 movimientos sencillos para desoxidar tus articulaciones
¿Has sentido esa horrible sensación de rigidez y dolor después de muchas horas en la oficina o conduciendo? ¡Nosotros también! Por eso hoy te queremos contar acerca de los movimientos articulares, unos ejercicios fáciles que te ayudarán a moverte un poco y descansar en el proceso.
Los movimientos articulares se pueden usar antes o después de una rutina de ejercicios para aflojar los músculos y las articulaciones que han estado quietos durante un largo periodo de tiempo, pero son tan delicados, que no necesitas tener un nivel físico alto ni una gran cantidad de tiempo para llevarlos a cabo y de paso adoptar un pequeño cambio para tener un estilo de vida más activo.
La mayoría de rutinas articulares suelen ir de cabeza a pies o viceversa, aquí el orden de los factores no altera el producto, así que ve con lo que te funcione mejor.
1. Estira tu cuello.
Vamos a iniciar por una de las partes más delicadas: cuando quieras darle movilidad a tu cuello es bueno que sepas que la clave está en la delicadeza; con tu mano derecha abarca la parte superior de tu cabeza y muy suavemente inclínala hacia la derecha, no intentes autotraquearte bajo ninguna circunstancia, solo ve despacio hasta el punto en el que sientas una ligera presión sin dolor; si empieza a doler, lo estás llevando demasiado lejos. Sostén entonces esta posición por unos segundos, este podría ser el momento perfecto para inhalar y exhalar profundamente, dejando salir todo el estrés y aceleración de tu jornada. Suelta y haz el mismo proceso hacia la izquierda con la mano opuesta.
Puedes hacer el mismo proceso llevando tu cuello atrás con las palmas de tus manos juntas sobre tu pecho y con la punta de los dedos estirando tu barbilla hacia atrás, para traer el cuello adelante solo necesitarás agacharte, pero de nuevo, en la suavidad con que lo hagas estará el alivio que sientas después.
2. Los brazos en círculos.
Nuestros brazos tienen un rango de movimiento enorme, pero rara vez lo usamos; es muy importante que lo hagamos, para no atrofiar el músculo y no perder flexibilidad. Para esto, gira tus brazos hacia adelante despacio y siente cómo se liberan los músculos y tendones, haciendo los brazos más ligeros y el ejercicio más fácil. Gira unas cuantas veces hacia adelante y luego haz el mismo número de repeticiones hacia atrás; ten en cuenta que no va a ser tan fácil, así que no te presiones: baja la velocidad, pero mantén el número de repeticiones.
3. Círculos de cadera.
Tal como lo harían los niños, ponte las manos en la cintura y haz círculos, lentos, conscientes, hacia adelante y hacia atrás. Siente como tu espalda se va aligerando y te puedes mover con más fluidez, esfuérzate, pero en cuanto sientas dolor, baja un poco la intensidad, solo un poco de presión es el indicador perfecto para saber que lo estás haciendo bien.
4. ¡A las patadas!
Tal como los brazos, nuestras piernas son poderosas y más nos vale no dejarlas atrofiar; el ejercicio para ponerlas en movimiento es tan sencillo como divertido, primero estabiliza bien un pie, y el otro lánzalo de forma vertical al aire; hazlo de forma controlada y tranquila, al principio vas a ver un poco de resistencia, pero con el paso del tiempo vas a notar como puedes subir tu empeine más y más. Haz el mismo ejercicio, el mismo número de veces en cada pierna ¡y listo!
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Estos son solo algunos ejercicios, pero hay muchos más. No olvides que son solo una ayudita, pues el tratamiento de un experto es indispensable y más con estos tiempos de largas jornadas laborales y sedentarismo. Ven a QuiroVida, recibe consejos y un tratamiento especializado para vivir sin dolor.