Quiropráctica: un excelente tratamiento posparto
El parto es un momento transformador en las vidas de las mujeres, marca un antes y un después en tantas dimensiones que es difícil ser la misma persona tras traer una nueva vida al mundo. Con el nacimiento de un bebé, llega una etapa de realización y alegría sin comparación, pero también llega un momento de fragilidad en cuerpo y mente que puede ser difícil de sobrellevar.
Son muchos los cuidados que se recomiendan después del parto, van desde los rituales tradicionales de la abuela, hasta los tratamientos más especializados del área de la salud, pero, ¿sabías que a estas rutinas les puedes, y de hecho, debes, agregar una visita oportuna al quiropráctico?
Cómo, cuándo y dónde
Si estamos familiarizados con la quiropráctica, podemos pensar que un ajuste tradicional resulta un poco agresivo para un cuerpo que ha experimentado una transformación tan grande como el embarazo y el parto, pero en manos de un profesional titulado, estaremos a salvo, pues este podrá determinar, no solo en este caso, sino en cualquier otro, un tratamiento personalizado que se enfoque en nuestras necesidades sin dejar de lado nuestra condición actual.
Lo primero que debemos hacer entonces, es consultar o volver a un quiropráctico de confianza, en un centro especializado como QuiroVida. Lo segundo que debemos tener en cuenta es el cuándo, ya que el posparto requiere antes que nada de conocer tu propio cuerpo y honrarlo con el nivel de reposo o movimiento que necesita durante el tiempo que lo necesite.
La indicación de los profesionales es que una mujer atienda al quiropráctico después del parto solo cuando se sienta cómoda y tranquila con salir de casa, esto es, para quienes tuvieron un parto natural, ya que las mujeres que elijan o deban someterse a una cesárea, deben tener en cuenta los cuidados postoperatorios, que llevarían a que la visita al quiropráctico sea idónea entre 4 a 6 semanas después de la cirugía.
Los beneficios
Como ya hemos explorado en este blog, la quiropráctica es efectiva a través de todo nuestro organismo, y puede traer bienestar tanto a nuestro cuerpo como a nuestra mente; las nuevas madres no son la excepción a esta regla, teniendo incluso efectos positivos en condiciones propias de ellas. Entre los principales efectos de la quiropráctica en el posparto se ha descubierto que:
- Restaura la biomecánica del cuerpo, aportando elasticidad, estabilidad y fortaleza.
- Ayuda a combatir la depresión posparto.
- Alivia las molestias y dolores musculoesqueléticos relacionados al cambio repentino de peso y el proceso de parto.
- Acelera el proceso general de sanación del cuerpo.
- Trata y cura la ciática, una condición que puede afectar hasta al 35% de mujeres durante sus embarazos.
- Restaura las vértebras y articulaciones que hayan sufrido desalineamientos debido al peso extra y el cambio de postura durante el embarazo.
- Mejora la calidad y la estabilidad de la rutina de sueño.
- Desestimula el uso de medicamentos con químicos desconocidos y efectos secundarios.
Un momento para ti
Tras el nacimiento de un bebé, las prioridades y las motivaciones cambian, pero para poder dar bienestar a esta nueva vida que has traído al mundo, debes darte bienestar a ti misma también; aliviar tu cuerpo y tu mente debe ser tan importante como el cuidado de tu hijo, por lo que encontrar momentos para ti misma es vital, no solo por tu bebé, sino por ti misma, porque lo mereces y lo necesitas para estar bien.
Asistir al quiropráctico puede ser un pequeño “cariñito” para tu cuerpo y para tu mente; quienes ya lo conocen, saben que es una experiencia indolora y hasta relajante; si quieres dar un paso más, no dudes en visitarlo durante tu embarazo, ya que existen tratamientos especializados para ese momento de tu vida también. Acude a centros especializados como QuiroVida con profesionales certificados para conocer cuál es el mejor cuidado para los diferentes momentos de tu vida y tu maternidad.
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