Las consecuencias insospechadas de la procrastinación en nuestra salud

Hace unas semanas hablábamos de algunas técnicas para fortalecer nuestro autocontrol y poder por fin decirle no a esos hábitos que son tan molestos como difíciles de dejar; hoy exploramos la procrastinación y todos los efectos insospechados, pero muy reales, que tiene en nuestro bienestar.

La procrastinación es esa terrible costumbre de postergar las tareas y obligaciones pendientes, ya sea por cansancio, pereza o simplemente por estar demasiado asentados en nuestra zona de confort; así que si eres de las personas que mira con culpabilidad el reloj mientras pasas horas frente al televisor, debiendo o queriendo hacer algo más, este artículo quizás te puede ayudar.

Lo que la mente le dice al cuerpo

Una de las primeras víctimas de la procrastinación es la mente. No es necesario ser un neurocientífico para saber por experiencia cómo la ansiedad puede atacarnos cuando sabemos que tenemos toda una lista de pendientes y ninguna intención de trabajar en ella en el futuro cercano; eventualmente esa ansiedad se transforma en estrés y el estrés se puede transformar en una variedad de condiciones que no alcanzaríamos a enumerar, pero que pueden causar desde dolores de cabeza hasta problemas cardiovasculares y de hipertensión.

Es increíble el impacto y el alcance que tiene una mente enferma sobre un cuerpo sano, así que siempre será importante prestar atención a los primeros indicios de que nuestra procrastinación se está saliendo de control, para no terminar en un círculo vicioso en el que al principio no hacemos las cosas porque no queremos y al final no las podemos hacer porque no tenemos la salud para poder llevarlas a cabo.

Incluso dejando nuestra cabeza aparte, la procrastinación puede tener efectos a nivel físico de forma inmediata, uno de los más comunes es la privación del sueño o la alteración de sus patrones. Postergar nuestras obligaciones hasta el final del día o de la fecha límite nos obliga a alterar nuestra rutina del sueño, haciéndonos dormir mal y poco.

También existe una fuerte conexión entre la procrastinación y el sedentarismo, la cual nos lleva a efectos secundarios como la obesidad, el colesterol alto y la propensión a sufrir accidentes cerebrovasculares.

Los efectos de la procrastinación en nuestro entorno

Si todo el tiempo estamos posponiendo las cosas que debemos hacer, inevitablemente terminamos haciéndolas al final del día, de mala manera y con el estrés acumulado. Además de las consecuencias que la procrastinación tiene en nuestra salud, ella también implica que no tendremos tiempo para desconectarnos de nuestras obligaciones ni para darle lugar a otras prácticas de bienestar como el tiempo en familia o el desarrollo de un hobby.

La procrastinación también puede tener un efecto devastador en nuestra productividad laboral, pudiendo terminar en situaciones tan complejas como conflictos con otros compañeros de trabajo y hasta despidos.

Cómo no procrastinar

Existe un delicado equilibrio entre las diferentes dimensiones en las que debes dividir tu tiempo y tu energía; es completamente válido tomarse un buen tiempo para la dispersión y el descanso, pero para no llevarlo al extremo de la procrastinación hay algunos trucos que te pueden ayudar:

  1. Diferencia lo urgente de lo importante: saber priorizar es una de las aptitudes más valiosas que puede tener un adulto, si sabes distinguir entre lo que necesitas hacer y lo que debes hacer, sabrás darles su lugar correcto.
  2. Ponle nombre y fecha: Enlistar los pendientes es una excelente forma de tenerlos bajo control sin necesidad de tenerlos vagando por tu cabeza todo el día; además, la satisfacción de poder tacharlas una vez estén terminadas te mantendrá enfocado y motivado a tener una lista limpia al final de la jornada.
  3. Divide y  reinarás: si tienes una tarea compleja por delante, divídela en pequeñas acciones y ve paso por paso, cuando menos pienses, no habrá nada más por hacer.

¡Trágate el sapo!: el escritor y empresario Brian Tracy dice que sí tenemos una tarea con la que no queremos lidiar, como tragarnos un sapo, es mejor hacerlo a primera hora del día para no tenerla atormentandonos por horas, así que esa acción que tanto te molesta hacer, hazla a primera hora y quédate con el resto del día para hacer cosas más agradables o sencillas para ti.