Snacks: un pequeño gran detalle para nuestra nutrición

El desayuno, el almuerzo y la cena han sido por tradición los grandes pilares de nuestras dietas, pero nuestros días son largos y nuestras rutinas son demandantes, así que los expertos han llegado a la conclusión de que además de las comidas principales, debemos reforzar nuestra nutrición con dos o tres snacks entre ellas, que nos permitan mantener nuestro metabolismo en movimiento y nuestro apetito saciado.

El consumo de alimentos entre intervalos de 2 o 3 horas, dependiendo de nuestras necesidades alimentarias, es importante por diversas razones:

  1. Se distribuye la provisión de energía que dan los alimentos durante todo el día, evitando condiciones como la fatiga y el desgaste al final de este.
  2. Se mantienen regulados los niveles de glucosa en la sangre, previniendo enfermedades como la hipoglucemia, la hiperglucemia y la diabetes.
  3. Evita los atracones de comida tras largos periodos de hambre, haciendo que comamos de forma más regulada y lenta.
  4. Pueden complementar nuestra alimentación cuando elegimos alimentos con nutrientes que no tenemos en nuestras comidas principales.

No todos los snacks son iguales

El hecho de que estemos comiendo en los tiempos correctos, no necesariamente significa que estemos comiendo bien; tal como las comidas principales, los snacks tienen una infinidad de formas y combinaciones, por lo que además de aprender cuándo comerlos, debemos averiguar qué y cómo hacerlo.

El tipo de snack que comamos dependerá mucho de las necesidades que tenemos, no es lo mismo un snack saludable para un oficinista sedentario, que para un deportista constante, o el snack de un niño al de una persona mayor. Una buena forma de determinar un buen snack es consultando con un experto, pero también te puedes guiar por los diferentes grupos alimenticios.

¿Qué evitar?

Antes de iniciar con algunas recomendaciones para los casos más comunes, conozcamos un poco los snacks que bajo ninguna circunstancia son recomendados: los confites, las frituras de paquetes y las gaseosas son comidas de fácil acceso y que suelen saber bastante bien por sus componentes, pero son snacks que no tienen ningún aporte nutricional y que por el contrario sobrecargan al cuerpo de sustancias que son dañinas y pueden hasta generar adicción.

Si ya consumes cualquiera de estas comidas de forma regular, empieza por disminuir su consumo hasta no sentir la necesidad de comerlo en absoluto, no tienes que negarte el gusto de una golosina de vez en cuando, pero lo importante es que no se sienta como una necesidad que se te dificulta controlar.

Empezar a consumir snacks más saludables puede requerir de un poco de voluntad, pues a pesar de que son comidas sencillas y pequeñas, requieren de preparación y tiempo de tu parte; siempre existirán opciones de fácil acceso que puedes usar en casos de emergencia o de afán, pero para diversificar tu dieta, no temas dedicarle un rato a la cocina y así darte un buen gusto.

¿De qué depende un buen snack?

Como decíamos antes, los snacks pueden ser diferentes de acuerdo a nuestras necesidades, nuestras condiciones de salud y hasta nuestras rutinas, así que, aunque hay muchos que funcionan para todos, hay otros que no funcionan para muchos, aquí te dejamos algunos ejemplos, pero no dejes de consultar con un experto si te queda alguna duda:

1. Snacks según la edad y algunas condiciones de salud: mientras los más jóvenes se pueden beneficiar de snacks con un contenido calórico alto como las harinas integrales y los carbohidratos complejos, a las personas mayores les conviene más frutas como las bayas (fresas, frambuesas y arándanos) o los frutos secos. Las personas con hipertensión deben evitar alimentos como la mantequilla de maní y la miel, mientras los diabéticos no deben comer frutas como el banano, la cereza y la piña.

2. Los mejores snacks para un peso saludable: si tienes la meta de bajar de peso, deja las harinas y las grasas para las comidas principales y durante los snacks enfócate en las proteínas, las frutas y los vegetales, una taza de yogur griego con fruta o un par de huevos duros son excelentes opciones para ti.

3.Los snacks y el ejercicio físico: debido a la demanda física y calórica que tiene el ejercicio, antes y después de hacerlo combina en tus snacks proteínas y carbohidratos complejos para reponer tus depósitos de energía de forma saludable: batidos de banano, sandwiches de pollo o pavo o una taza de avena con frutas pueden hacer este trabajo sin problemas.

4.Snacks para llevar: ¿llevas un día de locos y no hay tiempo para preparar? Una fruta y un puñado de frutos secos te saciarán sin requerir de mucho tiempo, lo mismo que una barra de queso sin grasa o una barra de granola sin azúcar añadida.