Los 5 principios básicos del bienestar

Últimamente la palabra bienestar parece estar en boca de todos, incluso más durante la cuarentena, cuando todos nos estamos viendo con mucho tiempo de sobra y poco qué hacer con él. Algunas personas se han entregado al ejercicio físico, otras a la manualidad y otras al aprendizaje y mejoramiento de sus aptitudes profesionales, pero el bienestar requiere más que una mente o un cuerpo ocupado.

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Los humanos somos seres complejos, conformados por necesidades, gustos y exigencias; por lo tanto, cómo estar bien no es una cuestión que tenga una simple respuesta, ya que por más que queramos reducir la prosperidad en ser feliz o ser exitoso, hay varias dimensiones que debemos cubrir para realmente alcanzar esa anhelada armonía con nosotros mismos y lo que hay a nuestro alrededor.

1. El poder de la accesibilidad

Muchos de los hitos que le han dado un giro a la historia y al desarrollo del hombre están basados en la adquisición de herramientas biológicas y físicas para suplir las necesidades básicas, así fue el caso del desarrollo del dedo pulgar o el descubrimiento del fuego; entre más inventamos y descubrimos cosas para hacernos la vida más fácil, más tiempo libre tenemos para repensarlas y perfeccionarlas, pero, ¿por qué hacemos esto?

La capacidad de poder acceder a elementos y condiciones que nos ayuden a vivir de forma feliz y cómoda no es solo un impulso capitalista, es una necesidad instintiva y fisiológica. Como nuestros antepasados no la tuvieron nada fácil para obtener alimento y resguardo, nuestra memoria colectiva todavía siente la necesidad de mantenerlos asegurados y cuando así lo hacen sienten una gran tranquilidad que se traduce en bienestar.

2. El cuidado físico

Otro factor vital pero ampliamente malinterpretado del bienestar es la salud física y esta categoría sí que tiene tela para cortar.

Por estos días el bienestar físico se ha convertido en una competencia de cuerpos esbeltos y bronceados en las redes sociales, pero estar saludable no solo implica eso, también implica ser conscientes de nuestro organismo, que tanto lo de adentro como le de afuera esté en forma.

Esto se logra no solo quemándose en el gimnasio y comiendo verduras, también se necesita recurrir a especialistas del área de la salud regularmente y obtener un régimen que realmente esté enfocado a las necesidades físicas propias. Las dietas y rutinas exprés pueden sonar muy tentadoras, pero esta fijación colectiva hacia lo externo puede causar serios problemas y complejos emocionales, y para allá precisamente vamos.

3. La salud mental

Probablemente todos hemos escuchado la expresión: ‘cuerpo sano, mente sana’, pero muchas veces la idea de cuerpo sano que nos han inculcado no da lugar a tener una mente tan saludable, ya que siempre estamos apuntando a unos objetivos físicos que implican sacrificios de tiempo, dieta y dinero que no todos nos podemos permitir. Esto asumiendo que la condición física es lo único que puede afectar nuestra psique, lo que por supuesto es completamente falso.

El bienestar emocional y mental tiene muchas ramificaciones y variables: con quiénes y cómo nos relacionamos, qué tan conformes estamos con nuestras condiciones sociales, laborales y personales y muchísimas cosas más. La salud mental bien podría ser el elemento que más impacto genera en nuestra sensación de bienestar general, y a la vez es la más compleja y difícil de manejar de todas.

Podríamos tener todas las condiciones para estar bien, pero si en nuestra mente hay un desajuste, una desproporción profunda y desconocida, eso puede alterar por completo nuestra percepción de bienestar y nuestra perspectiva de qué tan cerca o lejos estamos de tenerlo.

4. El desarrollo personal y social

Los seres humanos somos muchas cosas, pero antes que nada somos seres sociales. Nos relacionamos con las personas de nuestra especie desde el nacimiento hasta el día en qué morimos y la forma en la que lo hacemos y lo conformes que estamos con esto es determinante para nuestra calidad de vida.

Como nos desarrollamos como individuos está completamente implícito en la forma en la que nos desarrollamos como comunidad, por lo que valores como la empatía, la solidaridad y la tolerancia son vitales para llevar una convivencia tranquila y una vida armoniosa.

5. El equilibrio

El último principio del bienestar es el que los encapsula todos. El equilibrio en nuestras relaciones con nuestro cuerpo, mente, necesidades y los demás es lo que determina realmente nuestra capacidad para vivir bien como personas frente a una sociedad.

Podríamos perfectamente llevar la vida sin tener cuidado por alguna de estas dimensiones, pero en ese caso, no estaríamos llevando el mejor estilo de vida, podría decirse que apenas y estamos sobreviviendo, en lugar de realmente absorber y disfrutar de nuestra experiencia vital.

Es tan importante cuidar nuestro cuerpo, como darle gusto, es igual de necesario ser productivos y regalarnos tiempo para el ocio y la relajación; debemos saber aprovechar nuestro tiempo en sociedad tanto como nuestro tiempo solos. El bienestar se encuentra por pedacitos en cada una de estas cosas, pero se hace integral cuando disfrutamos y le damos el espacio y tiempo oportuno a cada una de ellas.