Estirar: tan necesario como sencillo
Te despiertas para empezar tu día y antes de que empieces siquiera a desear una deliciosa taza de café, tu cuerpo ya está pidiendo algo diferente: un buen estiramiento. Los humanos, como muchos otros animales, tenemos un saludable instinto que nos llama cada tanto a mantenernos activos y fuertes; lastimosamente, la rutina y la rapidez con la que últimamente todos andamos por el mundo hace que por momentos olvidemos nuestro bienestar o lo tratemos a medias.
De acuerdo con la escuela médica de Harvard, el estiramiento no solo debe relegarse a los corredores y deportistas, esta debe ser una actividad para todas las personas de todas las edades y que se debe practicar de forma cotidiana.
Es increíble ver que la mayoría de las personas no se animan a hacer un estiramiento. Bajo excusas como la falta de tiempo o que ya están demasiado rígidos y viejos para iniciar la rutina, muchas personas dejan de hacer estos ejercicios que además de venir en todo tipo de variedades, no exigen más de ti que un poquito de disposición y como mínimo cinco minutos de tu día.
Supongamos que quieres empezar a incorporar un buen estiramiento en tu rutina, pero no tienes ni idea de qué hacer además de levantar tus brazos y bostezar. Permítenos recomendarte unos ejercicios y unos momentos que harán de la actividad tan natural como levantarse por un snack a la cocina.
Volvamos al inicio de nuestra historia. Te despiertas y sientes una necesidad imperiosa de alzar tus brazos, estirar el empeine y arquear tu columna hasta que sientas como se descomprime y se relaja, sientes el descanso y el placer del movimiento y con eso te levantas y sigues con tu vida… pues no, ya diste ese estirón inicial, ahora ve por más.
Una buena opción es que vayas de la cabeza a los pies
Siéntate completamente erguido, con delicadeza inclina tu cabeza a la izquierda, cuenta despacio hasta cinco, ahora llévala hacia la derecha y cuenta, ahora al frente y cuenta y por último, llévala atrás y cuenta una vez más.
Levanta tu brazo izquierdo a la altura del hombro, extiéndelo por completo hacia la derecha y con el otro brazo haz una leve presión por encima del codo, cuenta y haz lo mismo cambiando de brazo; ahora vuelve al brazo derecho y llévalo por detrás de tu cabeza e intenta tocar tus omoplatos, si te sientes extra flexible, intenta agarrar tu mano derecha con la izquierda, pasando la última por detrás de la espalda desde la zona lumbar.
Ahora expande tu pecho: llevando ambos brazos hacia atrás todo lo que puedas, cuenta hasta cinco y despacio lleva los brazos abiertos hacia adelante, bajando un poco los hombros y el cuello.
Vuelve a acostarte, levanta una pierna flexionada e intenta acercarla lo más que puedas a tu pecho, devuélvela al colchón teniendo la pierna siempre estirada al máximo y haz lo mismo con la otra pierna, cuenta, devuélvela y ahora sube con las dos.
Todos estos ejercicios que hiciste los hiciste al principio del día, sin levantarte siquiera de la cama.
Cuando hagas estiramiento estático debes ser extremadamente cuidadoso, ya que tus músculos estarán más rígidos de lo normal; lo ideal es que siempre optes primero por hacer un par de estiramientos dinámicos, en los que vas a poder calentar tus músculos mientras pones a prueba también tu equilibrio y resistencia. Si no puedes, haz los estáticos con calma y paciencia, así también podrás iniciar el día sereno y descansado.
Algunos estiramientos dinámicos son el balancear los brazos hacia adelante y los lados, levantar las rodillas hasta el pecho o hacer una sentadilla y girar el torso.
Tanto para estirar en el sitio como de forma dinámica, las opciones son innumerables, lo único que debes saber es que cualquier estiramiento conlleva una leve presión en la zona que estás estirando, esto se debe a que estás llevando tu rango de movimiento más allá de lo acostumbrado; si en algún momento sientes dolor, baja un poco la intensidad o el rango del estiramiento.
Acompaña tu estiramiento con una respiración consciente y acompasada, este es el complemento perfecto para hacer de tu estiramiento una práctica efectiva para fortalecer músculos y articulaciones; mejorar el rango de movimiento, mejorar la circulación y aumentar tu estado de bienestar corporal y mental.
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