¿Qué relación tiene un dolor de cabeza con mi columna vertebral?

Cuando hablamos de la columna vertebral solemos relacionarla con la espalda alta y el área lumbar, pero ella en realidad tiene otra parte de sí misma igual de importante y aún más delicada: el área cervical. Esta zona de la columna es la que se halla entre la base del cráneo y el principio de la espalda a la altura de las clavículas, está conformada por siete vértebras que forman una C invertida, conocida como “lordosis”.

El área cervical a pesar de ser una zona muy poco atendida en nuestra cotidianidad, es una de vital importancia, ya que puede afectarse con más facilidad por las malas prácticas del día a día y puede causar problemas de salud muy serios y permanentes.

Naturalmente la columna vertebral está conformada por cuatro curvaturas: cervical, torácica, lumbar y sacra; estas curvaturas a su vez, son un conjunto de vertebras: unos anillos óseos que dentro de sí resguardan el sistema nervioso central de los seres humanos.

Columna vertebral

Con el paso del tiempo y nuestras prácticas cotidianas, estamos forzando constantemente a nuestra columna a hacer y mantener posiciones antinaturales, lo que eventualmente puede ocasionar un pinzamiento del nervio y un sinfín de aflicciones tanto internas como externas. Cada una de las vértebras de la columna puede sufrir de una desviación de este tipo trayendo con esto diversos tipos de consecuencias.

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La deformación de la columna en el área cervical

Volviendo a esa primera curvatura de nuestra columna que abarca todo nuestro cuello, nos encontramos con la rectificación cervical, una deformación de la estructura natural de esta área causada tanto por predisposiciones genéticas como por prácticas cotidianas como las malas posturas. Esta condición también puede ser causada por un traumatismo o un movimiento fuerte en la zona o por enfermedades reumáticas (artritis, osteoporosis, esclerosis…).

Entre sus consecuencias podemos encontrar dolor de cabeza, mareo, vértigo, hormigueo en las extremidades y movilidad limitada, así que es posible que debas evaluar si esos dolores de cabeza o mareos constantes que parecen no tener ninguna explicación, puedan ser un indicio de que algo no anda tan bien como debería en tu zona cervical.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Aunque la rectificación cervical es una aflicción común, actualmente existen tratamientos quiroprácticos que ayudan a reversar el daño, en algunos casos por completo, retornando la curvatura de la columna a su estado natural; también está en nuestras manos hacer ejercicios de prevención, para controlar qué tan rápido puede progresar esta condición y qué tan graves serán sus consecuencias.

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Lo primero que debemos hacer es identificar los elementos que pueden potenciar y acelerar el daño. Ahora más que nunca, creemos que es importante empezar por el uso de celulares, tablets y computadores personales, ya que el ejercicio de mantener la cabeza agachada por cantidades indefinidas de tiempo causa un daño considerable a la curvatura natural del área cervical; el estrés tanto físico como emocional también puede causar tensión en la zona y hacernos adoptar una posición incorrecta sin siquiera darnos cuenta. Además, aunque sea difícil de controlar, los movimientos bruscos pueden generar un traumatismo que altere el orden natural del área.

Habiendo identificado estos elementos, solo queda hacer actividades específicas para contrarrestarlos: mantenernos en movimiento, estar siempre muy conscientes de nuestra postura y consultar a un experto sobre ejercicios que ellos y nosotros mismos podemos hacer para mantener bien cuidada la zona cervical y nuestra columna en general.

No olvidemos que estamos hablando de un área extremadamente delicada de nuestro cuerpo, por lo que la recomendación siempre será acudir a profesionales que puedan fortalecer y reversar los efectos del tiempo y el estilo de vida que llevamos en la actualidad.

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