Que YouTube no te engañe: así no son todos los ajustes quiroprácticos
Es un tema recurrente en nuestro blog: debido a la desinformación en los medios de comunicación y a la juventud de nuestra disciplina dentro de las ciencias de la salud, la quiropráctica sigue estando rodeada de mitos y concepciones erradas acerca de lo que es, para qué sirve y cómo puede ayudarte desde la prevención hasta el tratamiento correctivo a tener una calidad de vida integral.
Entre tantos temas y dudas que aún quedan por esclarecer a muchas personas, está la pregunta: ¿todas las personas son ajustadas de la misma forma? La respuesta breve es no, pero las razones son lo verdaderamente interesante.
Para quienes apenas están empezando a conocer sobre la quiropráctica, un ajuste es el conjunto de movimientos rápidos que un quiropráctico realiza sobre sus pacientes; esta actividad que suele causar gran curiosidad, además de furor en YouTube, es la más conocida por el público en general, pero es solo un pequeño fragmento de un tratamiento complejo que requiere de años de estudio y un conocimiento profundo de anatomía, biología, ortopedia y muchas áreas de la salud más.
Entender desde la raíz
La quiropráctica, a diferencia de muchas otras disciplinas del área de la salud, busca, antes que nada, la raíz de una dolencia o condición para tratarla de forma efectiva y a largo plazo, esta es la primera, pero no la única razón por la que no todas las personas son ajustadas de la misma forma.
Piensa por ejemplo, que una persona con problemas en el cuello no va a requerir los mismos cuidados que una persona con problemas en su zona lumbar, partes de la columna completamente opuestas la una de la otra; ni hablar entonces de cuando tratamos condiciones que parecen no relacionadas con la columna como los problemas gástricos, las migrañas y enfermedades articulares, por nombrar unas pocas.
De una persona a otra
Otro factor determinante al diseñar el tratamiento correcto para una persona son sus condiciones individuales en dimensiones tan diversas como su edad, problemas de salud, historial clínico e incluso hábitos de vida; ya que la quiropráctica se puede llevar a cabo en niños, ancianos, mujeres embarazadas y hasta personas en procesos postoperatorios, sobra decir que el acercamiento de un quiropráctico debe ser completamente concienzudo y dedicado, por lo que no nos cansaremos de recomendarte que antes de acudir al quiropráctico te asegures de que es un profesional certificado y respaldado por una entidad responsable.
También es importante aclarar que aun en un paciente joven, saludable y sin preexistencias tampoco es recomendable dejar tu delicada columna en manos de personas que no están capacitadas para cuidar de ella, pedirle a un amigo que “traquee” tu espalda o hacerlo tú mismo está fuera de toda cuestión.
Otras herramientas y recursos
Cuando vayas a un quiropráctico profesional, te darás cuenta que antes de ese anhelado ajuste que suele ser no solo un gran alivio sino un momento profundamente relajante, hay todo un análisis clínico respaldado por radiografías, exámenes físicos y preguntas sobre nuestro estilo y calidad de vida.
Lo que surge de este encuentro inicial es un diagnóstico y tratamiento completo que puede incluir sesiones de termomasajes, terapia física más allá del consultorio y recomendaciones sobre bienestar general; después de todo, el objetivo de un buen quiropráctico será tu mejora general, a largo plazo y de forma natural.
En centros especializados como QuiroVida puedes encontrar los profesionales, el espacio y las herramientas para llevar a cabo un tratamiento quiropráctico completo, enfocado en ti y en tus necesidades específicas.
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